Dulce Como La Miel
la ciudad se nublaría con hojas de color rojo oscuro como si
sol de otoño la fulminó con la mirada, su calor abrasador lo suficiente como para marear a cua
de su rostro. Llevaba una camiseta brillante, pantalones cortos de mezclilla y un par de zapatillas. Su atuendo causal destacó su juventud mientras ca
rente al edificio del Grupo Wei Yuan. Mientras miraba la impon
te hacia el edificio, y su superf
pente detrás de Lola. No perdió el tiempo cuando se detuvo frente al Bentley y lev
ve cabello se aferraba a su frente, enmarcando perfectamente su oscura mirada. Llevaba una camisa de seda negra y un
. Sus grandes puños se estrellaron contra la puerta del auto sin poder hacer nada, y
e?" preguntó el hombr
del joven. Con un gesto de su mano, le indicó
movimiento rápido, abrió la puerta y miró al hombre llorón al costad
recía importarle. Luego, miró al hombre arrastrado con desdén. "En lugar de rogarme, debes admitir que no eres capaz de d
e ayudas, saltaré del edificio. ¡Por favor, señor!" El comportamiento del hombre se desmoronó al ver al jov
es saltar del edificio por todo lo que me importa", espetó. "Mientras siga siendo menor de edad, no participaré en
Tal vez puedas ... "" Nunca
había un brillo aterrador en sus ojos que envió un escalofrío por la
r rechazado severamente. Al no tener otra opción, su padre había tomado una gran parte de sus propios ahorros para pagarlos.
os hacia adelante. "Ya se arrodilló en el suelo para rogarte. ¿No puedes al menos senti
mirarla. Alzó las cejas. "¿Y quien e
masiado despiadado. Él ya te lo suplicó. ¿Por qué no puedes tom
iro de sus ojos, se dio la vuelta, listo para pasar al hombre de
irse, el hombre de mediana edad lo agarr
ia adelante y se topó con Lola. Sus manos
ron la cabeza para mirar. Por instinto, Lola golpeó todo el cono de helado en la
eño
damente al accidente. Uno de ellos sacó rápidamente un paño limpio de
la cara. La sustancia pegajosa que cubría las puntas de sus dedos hizo que se le encogier
multitud de personas que lo rodeaban. Dado que todos estaban de su lado,
aba a punto de conducir hacia la carretera principal, se giró y levantó su dedo medio. "Solo un tonto se
n reemplazados por hileras de villas a ambos lados de la carretera. Era un área para los ricos y famosos. De
con todas sus fuerzas mientras iba al patio t
abrió la puerta. Había hileras de habitaciones de servicio en la parte trasera de la casa. Caminó por el p
a la mesa. Sus ásperas manos sostenían un libro
rápidamente le dio una toalla y le sirvió un vaso de agua. "¿No podrías cuidarte bie