Enlazados
ince minutos del trabajo, un apartamento situado en la zona residencial. Aparc
gar que su pareja, a su lobo le encantaba pero olía la incomodidad de ella. Después de tantos años buscando su pareja, su bestia no la dejaría tan fácilmente i
erse alguien, de paso aprovechó para pasar su mano por algunos lugares dejando impregnado su olor, una necesidad de hacerlo lo dominaba. Sintió a Alisha soltar el bolso sobre el gran sofá de la
las grandes y gruesas cortinas de color rojo vino. Los muebles negros eran amplios, pero a diferencia del otro lugar aquí habí
o organizar algunos papeles antes de ir a
más la mirada. Sin esa prenda adicional de ropa pudo apreciar mejor su cuerpo. Su cintura estrecha, seguro que la podía rodear solo con la mitad
leve movimien
pero su lobo no quería irse. Tuvo que emplear más fuerza que la que pretendía para poder moverse, a ella no le
nudillos se volvieron blancos. Su cuerpo comenzó a doler de la excitación y la sangre golpeó en sus oídos. Nunca ima
, la urgencia quemaba su cuerpo. El viaje que normalmente duraba cerca de 20 minutos, des
ejando en su camino parte de su ropa hecha jirones. El agua helada lo golpeó casi quitándole el aliento pero alivio una décima su dolor.
del baño que había dejado
el marco de la puerta rugió baj
n sus colmillos sobresaliendo de su labio
torio a leer papeles y a mandarlos a ust
e parece que te habían picado e
ue se quedó detrás del hombro de su alfa. Aunque no le
lfa llamarlo- píde
o aceptando una misión y desaparec
tuviera en una deliciosa agonía sino porque había encontrado a su compañera. Él era 100 años mayor q
ello largo y rubio caía en una cascada desenfrenada y furiosa sobre su espalda y rostro. Gotas de sangre salieron de las pequeñas herida
bueno alarmarlo. El lobo estaba al mando y era más peligros que cualquier cosa. Antes de poder tocar su hombro vio como la piel de este se comenzó a cubrir de tupido pelaje castaño. Su l
conocía la naturaleza salvaje de su especie y como tratarla. Sacó una pequeña jeringa de su bolsillo y lo insertó lentamente entre el cuello y hombro
si lo hubiera hecho antes, su figura de más de dos metr
un aguantándose de la pared dejando caer la cabez
un comportamiento que los machos no podemos evitar, forma parte de nuestra naturaleza, es la fo
siente que apena puedas respirar, en serio prefiero que
era pareja, además te puse un calmante que mantendrá a tu lobo tranquilo por algunas
a por tu cuenta- Serguei soltó serio pero c
grietada bajo sus manos. Cristi
ac
ya terminamos pero él tien
lobo mayor levanto una
su rostro a la entr
en eso seamos se ayuda, por
nte reveladora. No tenía ganas de moverse pero en esa situación no le
tu amiguito, si necesitas ayuda en otra cosa
se desvanecieron en el aire pues este ha
a, soltó un gemido temblando ligeramente. Solo de recordarla activaba cada fibra de su cuerpo. Bajo una mano acariciando sus marcados abdominales
uerpo. Le tomó más de lo que esperaba enfocar nuevamente las baldosas ante él y recuperar el aliento, había sido el orgasmo más fuerte que había tenido en toda su vid
nsados y sofocados miembros descansaran. La imagen de su pareja volvió a su mente y su cuerpo volvió a