Hechizo Ideal
amente, comenzó a abrirse paso hacia su apartamento pensando con una sonrisa que su cama la estaba esperando. Entonces la sorprendió enormemente cuando sus amigos se detuvieron de repente frente a e
ha y una cama para desmayarse,
deó Franklin, sus manos
estás sosteniendo
nte empujando sus manos hacia adelante y mostrándole un gato. Ella lo
finalmente levantando la vista de
o parece que nadie conoce al gato y como no se me permiten animales en mi edificio y Gabri
otándose la fren
qué querr
! Él es lindo y ¿no
itán de equipo, el pelaje plateado que se asemejaba a su cabello, a
s ojos ella mi
l para hacer la cicatriz, ¿v
sorprendido acercando al an
no! No lastimaría
nejo?- Preguntó Gabriel,
cente! ¡Era m
eza cansadamente. Miró al gato una vez más que la observaba
fectivamente cerrando a golpes a los dos
estúpido me di
Hm
sperar que él hiciera eso, ella tropezó, sus brazos volaban ampliamente mientras in
nta una vez más, ¿por
Gabriel r
de compañía, especialmente después de lo que le sucedió a...- se quedó en silencio
pasado medio año, todavía no había tenido el coraje de volver a la casa de su infancia para limpiar sus cosas. Sint
sie
bía que no tenía más remedio que llevarse al gato con ella y er
to descansando en sus brazos, pero rápidamente le gr
el momento y se
qué se supone que
que estás comien
aparecieron l
tamento. Cuando finalmente se abrió la puerta, dejó que el gato cayera al suelo y cerró la puerta de una patada. Arrojando las llaves e
bonita decoración de pared- le gruñó al gato cuando lo vio estir
dio la vuelta para comer en la mesa del comedor, allí estaba el gato sentado en su mesa
gundo pareció que sonreía antes de bajar la cabeza y comenzar a comer. Sonriendo suavemente al gato, se sentó y comenzó a comer mientras leía uno de los pergaminos de
o. Ella lo miró confundida y volvió su mirada hacia el pequeño plato que ella le había dado
uando terminó. Su lengua salió limpiando el lugar alrededor de su boca con la esperanza de que algo estuviera atorado en sus bigotes
ntes de dirigirse a la sala de estar. Sentándose en el sofá, cerró el pergamino y lo colocó sobre la mesa de café, no estaba realmente de humor para
de la misma manera que él, parecería que estoy enamorada de él o algo así- Ella suspiró y lo miró fijamente-. Pe
nfierno de que él reaccionara si ella lo llamaba con cualquiera de esos nombres. Si ella
ashi?- Genesis se preg
los gatos que siempre parecían acurrucarse en las piernas de las mujeres. Era suave, cómoda y muy cálida... además después de esa deliciosa comida que