EL PODER ABSOLUTO DE DOS ALFAS
na voz carente de e
amente nadie contestó, lo único que se es
lmente, su padre estallaría de rabia al oír sus hoscas palabras,
a de lo que estaba pasando. Tal vez el nuevo 'juguete' de su p
onrisa, pero dicha sonrisa no traía consigo
mpo con seres insignifican
ortar la llamada, una voz chillo
Le
ndidos ante la desconocida voz de mujer. Pero el más perplejo de ellos fue Aron
r al pendiente de la llamada. ¿Cómo pasó esto?» Confuso y nervioso, Aron estaba tratan
o... Aron estuvo por años sirviendo a esta bestia, por lo tanto, es imposible que cometa este tipo de errores. Entonces, sólo puede existir una posibilidad.
sus finos labios se apretaban en una delgada línea. Después de un larg
rtejando a
olapsar por el miedo que la abrumaba. Sabía que había cometido un tremendo error
me? -Lamentablemente, lo único q
érd
r la crueldad de este hombre. Después de recuperar la compostura, ella temía que colgar
á preparando u
volvió más pesado y sofo
s pensaba con sorna, sus largos dedos tamborile
s a
ada: -Sé que no te gusta que controlen tu vida, por lo cual estoy dispuesta a ofrecer mi ayuda pa
a por alguien tonto? Decir ah... veremos
e sería la person
er se tiñeron de un rubor escarlata mientras se mordía el labio inferior con timidez, incluso olvidó por completo l
, ella respond
or vida a su hombre, por otro lado... -Mientras hablaba, al mismo tiempo se imaginaba
aba su constante parloteo pensaba
voz, terminó por destruir en pedazos su fant
s que suele utilizar m
ra
ra de las sábanas. ¿Cómo podría no entender el doloroso significado tras esas rigurosas palabras? En ese momento, no sabía
ia, pero... y qué si lo estaba. Aunque era diez años mayor que él, est
l impulso de
, no estaba h
además, no favore
ú.
iencia se agotaba con cada segundo que pasaba, además, el motivo por el cual no colgó fue
rza hasta el punto de causar un severo dolor en ello, sin emb
stá ba
él cuestion
odia que toquen sus
n más cuando detectó la burla en su voz profun
e podía obtener lo que
osa voz vieja se escuchó
aj*s tomaste mi teléfono
o. Poco después, se escucharon los chirriantes gritos de un
-Entre sollozos, aquel cerdo prometió: -¡Perdóname, soy nueva en esto
este teléfono está prohibido tanto para las otras como p
edad, po
cos ruidos que provenían del otro lado. Después de que e
orque se equivocó. Espero que
vez que ocurría esta supuesta 'equivocación' puesto que en dos ocasiones tuvo
lves cada vez más viejo por lo cual tus nuevos juguete
do el malentendido, no pudieron evitar reír por lo bajo ante las afila
Aron sacó un pañuelo del bolsillo izquierdo de su abr
se conectó por segunda vez pensé que no era necesario verificar quién era por
as engorrosas palabras de su hijo, no pudo ev
respetarme! ¡Además, ellas no son juguetes, son tu familia! ¡
o la mía. -Dijo él mientras cha
s cuenta como una madre para ti!
star innumerables imperios, sin embargo, ''lo bello a su vez era considerado lo más peligroso''. Era innegable que dichas palabras describían con exactitud a
Loxur contes
lo reconoceré a una
la dejó este mundo hacia mucho tiempo
los ojos traslúcidos del joven se inyectaron en
. Al mismo tiempo, la agonía invadió todo su ser cuando captó la indirecta en aquellas
tuve que hacerlo... así q
ones sólo porque apenas era un niño? -Humedeciéndose los labios, prosiguió: -Recuer
sos hacia atrás cuando su hijo le refrescó
no pue
emás, ten en cuenta que sólo te llamo 'padre' por respeto a mi madre, sin embargo, pers
*
con creces las expectativas de cualquier adulto. Sin embargo, aunque fuese considerado un genio de los geni
erte de su querida madre. Y todo fue a causa de la primera amante de su padre, aquella aparen
ico defecto pero a la vez celestial tal vez fue el par de ojos que poseía, ya que eran de un color azulino índigo semejantes a piedras preciosas con un toque de esca
a que en cualquier momento o lugar encontraba la oportunidad de
el pequeño Loxur no lo consideraba así; en su corazón su madre era un ángel que lo cuidaba desde las sombra
aquel solitario niño mientras acurrucaba entre sus diminutos brazos el cuadro desgastado de su madre, días que j
*
. Solía pensar que dejaría sus celos atrás con el paso del tiempo, pero nunca imaginé que sería capaz de inyectarle un potente veneno a
a, cuestionó: -¿Seguirás protegiendo a es
pregunta, sin embargo, no lo pe
ál v