EL PODER ABSOLUTO DE DOS ALFAS
rsas manadas, incluso los más ancianos le
*
supo quién fue el autor de dicha leyenda, pero a parte de ser con
os de innumerables manadas, ya sea el primogénito de un Beta, Gamma, Delta u Omega; inclusi
desgraciadamente estos sufrían más puesto que no poseían ninguna habilidad especial o la f
a tan fuerte que, pasaban meses o incluso años buscándolos. La mayoría fracasaba en dicha búsqueda, sin embargo, aquellos que lograban localizarlos con é
reo y puro, mientras que la sangre de una persona era corriente y se secaba en tiempo breve, pero e
n a la conclusión de que los extraños se enfocaban primordialmente en extraerl
momento los licántropos dedujeron por naturaleza que una de las peores muertes er
s decidieron hallarlos para vengar a sus pequeños cachorros. Lastimosamente, por
por tomar la repentina opción de suicidarse con el propósi
e el origen de esta secta era misterioso pero terroríficamente poderoso. Ningún licántropo pudo dedu
e unos 140 años ya que milagrosamente dejar
parejas, y vaya que logró su cometido puesto que a partir de dicha leyenda la mayoría de esposos quedaban traumatizados cada vez que escuchaban aquella es
el famoso símbolo de triángulo invertido, ya sea en los bosques, en el desierto o
ercanos, estos jamás estarían dispuestos a creer tal mentira. Por esta causa
*
estar perdido en sus pensamientos por un lapso de tiempo,
a leyenda sea real, y si por algún caso lo fuese
es considerado como un veneno que perjudica a nuestra mente. -Suspirando, Aron continuó: -
eo que haz habl
der la cabeza. Loxur parecía tan tranquilo como las apacibles aguas del mar, sin embargo, sabía perfectamente
tes que aceptarlo, no obstante, ante su criterio eso era algo inevitable. Aunque no sabía con exactitud por qué tenía esa marca de na
as pero a la vez surrealistas. En la madre tierra se divisaban alisos blancos por doquier, como si fuesen copos de nieve que cubrían el extenso césped.
sonrosada, sus esbeltas piernas eran tan encantadoras y hechizantes que, en uno de sus diminutos pies se vislumbraba una linda tobillera de cristales, su vestido blanco ondeaba levemente a merced de la refrescante brisa, sus bellas manos eran pequeñas hasta el pu
reciosa estaba degradado en tonos de color malva, el brillo que emitía era tan resplandeciente que, embelesaba los ojos de cualquiera,
ciosa habitación el may
c-T
mos han llegado. Están e
do de Loxur. Levantando sus párpados, prosiguió a dejar el
desvió la mirada hacia la puerta de cedro. Caminan
*
ueza se niega a invitarnos una copa de su mejor cole
erdiciar su colección. -La señora Harrison declaró co
on, este casi explota de ira, pero tuvo que contenerse, de l
molestando a las señora Harrison con tus tonterías. -L
mueca, Zack pro
ta perder el conocimiento. -La señora Harrison sonrió un poco ante las palabras Zack. Lo conocía desd
evar a cabo sus nuevas creaciones. Como el prestigioso CEO de la corporación Whiltom, tenía que velar p
as acuosas y ardientes. Sin embargo, lo más interesante fue que dichos vinos eran elaborados con extrañas hierbas, por lo cual, no era
incluso la bebida más barata costaba 4000 dólares. Un precio racional para
ntino ruido de las puertas que se abrieron de par en par.
Zack vio a Loxur, sus atrayentes ojos se iluminaron al instante. Aunque ya tenía demasiadas bebidas,
r la supuesta tranquilidad en el hombre que poseía una expresión indiferente en su apuesto rostro. Pronto,
na señal a la señora Harrison. Ella asintió con la cabeza, y salió del estudio si
én lo
ndió con ot
ién
bía venido junto con él. Por lo tanto, dedujo que Aron hizo enojar a e
loteó de tu querida
a con un toque de maldad. Por otro lado, cuando Zack notó algo raro
medicina a tiempo, de lo contrario,
o Loxur dijo co
llegaran, pero ustedes saben muy b
una solución a dicho problema. Aunque no afectaba sus órganos, el dolor que sentía en su áspera piel era inimaginable. Lo peor era que
go, después de pensarlo dos
ido verle
ólo emitió un descuida
ción, incluso esa mujer puede ser la única salida para evitar
días irradió una luz misteriosa y melancólica, incluso el fenómeno sigue vigen
nto que sentían cada vez que visualizaban aquella luna. No obstante, la única llave podría ser esa muj
a. Cada vez que intentaba aproximarse a ella, la dama siempre optaba por esconderse detrás del robusto árbol. E
e esa mujer fuese su Luna en la vida real; no sólo la trataría con mimos y halagos, también le brindaría toda su protección y atención. Sin em
ello. Lamentablemente, aquellas palabras no tenían sentido para Loxur, puesto que