Reinando en el infierno

a mueren. Son enterradas vivas y

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a mucho miedo, pero no lo hizo, no tiró la puerta y por una vez no me ultrajaron más el alma, cada noche miraba el techo blanco de mi habitación mientras él estaba sobre mí y las lágrimas corrían por mis ojos, si lloraba debía hacerlo sil

por todas las veces que me violó, por todas las vece

r contacto con los rayos del sol que se colaban por la ventana hacia que me dolieran mu

uno y la verdad mi cuerpo ya estaba acostumbrado a no comer la mayoría de las veces, ya que cuan

alma y mi casa solo producía dolor, al pasar la esquina estaban los de siempre, Diego, Román y Rodrigo, teníamos la misma edad pero ellos habían decidido dejar la escuela para dedicarse a vender drogas, eran camellos del grande, del que nadie sabía su verdadera identidad. La mayoría sabíamos de su existencia, se decía que era el rey d

el "demoni

a sangre fría. Cuando escuchaba esos comentarios quería tener ese tipo de valor para poder matar a David y acabar con m

a día por su familia. Al menos ellos tenían una familia, yo por otro lado no tenía nada. Me puse el gorro de mi chamarra y camine a la escuela, ahí yo no era popular, y gracias a dios no me mol

an soñado, seguramente no les ha faltado nada. Paso por entre medio de ellos rápidamente, solo quiero salir luego de aquí, aun así

esto podría ser mi oportunidad de ser alguien en la v

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iro hacia el lado para ver a mi mamá completamente destrozada en el sillón, drogada hasta no poder más. Me quedo parada, estática, no puedo mover ningún músculo, ver a aquella chica me llego

serás la próx

itos que la chica daba, y la sangre corriendo por sus piernas.

ente hacia él, y de un solo golpe rompí el jarrón en su cabeza, la sangre golpeaba mis oídos, y mi respiración cada vez era más ráp

erto? — m

erpo de David tirado en el piso, co

de mi madre al despertar, dando un tremendo grito me hizo saltar. Ella miraba el cuerpo horrorizada y lo único que pensé hacer era largarme, así que fui rápidamente

HABÍA

n mi sufrimiento