El Matrimonio Transaccional: Su Amargo Ascenso
cayeron a mis pies. La intrincada impresión de ónix del sello personal de
s tu lugar. Lejos de la vista, lejos de la mente". Se inclinó hacia Gregorio, su mano acariciando su mejilla amoratada
símbolo de su confianza y afecto, fue usado no para validar nuestra unión,
gudo atravesó el salón de baile.
lidas. La elegante gala se convirtió en una estampida de te
alrededor. Un dolor agudo me atravesó el costado cuando a
rio! ¡A
oleada de agonía me invadió. Mis costillas gritaban en protesta. Intenté levantarme, pe
. Era un faro de calma en medio del pandemonio. Mi corazón, contra toda razón, se agi
idad y precisión de un depredador, abriéndose paso entre los cuerpos, ignorando las súplicas, los g
yacía a pocos metros, luchando,
da, apenas audible por encima del rugido de la m
atención estaba completamente en Ke
ó, más fría que cualquier hielo. Saboreé la
emente a Kennedy, sus ojos escaneando el suelo. Mi corazón dio
ndió, no para ayudarme, sino para recuperar algo pequeño y brillante del sue
su rostro iluminándose de alivi
brochó el brazalete de nuevo en la muñeca. "Por s
y brutal humillación, la traición definitiva, finalmente me rompió. El dolor, tanto físico como emo
agados de un hospital. Mi cuerpo era un paisaje de dolor punzante. Sentía las costillas como si hubiera
uave. "Hemorragia interna extensa. Múltiples frac
pregunta atascad
tinuó, con el ceño fruncido. "El equip
de los instrumentos. El miedo, frío y atenazante, se apretó
rieron de golpe. Botas resonaron en el suelo estéril. Mi visión nadaba, per
cargada de indignación. "¡Este es un quirófano! ¡Esta
ó una voz ronca. "La paciente debe
cos? ¡Apenas está estable
rraron mi camilla. Grité, un sonido débil y lleno de dolor mientras me sacaba
n mis labios. Mi visión era borrosa, pero podía sentir el frí
o horrorizado, impotentes. El único sonido era mi propia respiraci
donando para morir. Se estaba asegurando activamente de que sufriera primero. No iba a morir en un