El precio del legado olvidado
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al y el inevitable humo de los motores a reacción. A pesar de los treinta y dos años de edad, los diez de exilio y la gruesa capa
hora de Moscú, pero el cielo ya había adquir
rporativa. Había pasado los últimos diez años construyendo una reputación intachable en la consultora de Londres, Sterling & Finch, especializada en análisis forense de riesgo. La
el corazón del imperio
o la esperaba junto a un Bentley Mulsanne blindado. No era un conductor; era
ruñido bajo en ruso perfecto-. Mi nombre es Dimitri
uicardia que la golpeaba. Su acento ruso, pulido por añ
s maletas son las de
ropaganda soviética y el ostentoso nuevo capitalismo. Sofía observó la ciudad, sintiendo una dolorosa dison
stancias que los periódicos occidentales calificaron de "ajuste de cuentas de la vieja guardia". Esto había desatado una crisis
orcionar una evaluación de riesgo antes de que l
o, su voz baja. -Su reuni
financiero? -p
xander Kirov
el más brutal. El que nunca aparecía en las revistas de negocios, pero cuyo nombre se susurraba en los círculos de i
ida por la junta de transición -dij
la junta -respondió
no una fortaleza baja y masiva de granito oscuro, ubicada discretamente en una calle lat
de Inter
os por cámaras y guardias de seguridad que parecían modelados a imagen de Dimitri. No había recepcio
stera, dominada por una mesa de caoba maciza. Había
ió un momento para recuperar el aliento. Su trabajo era limpiar el caos, encontra
bre de integridad que fue destruido por la corrupción que imperaba en esos mismos edificios. Si
se abrió s
ov entró en l
implemente llenó el espacio con una presencia física tan
je de lana oscura que parecía hecho de armadura. Su cabello era negro como la noche, cortado con precisión militar. Sus ojos, de un gris casi transparente, eran fríos, profundos y parec
ha tenido que apresurarse. Caminó hasta el otro extremo de la me
n ruso-. Mi padre apenas lleva dos semanas en el ataúd. Y usted está aquí
un contacto visual firme, negándose
dentales. Ellos necesitan saber si su conglomerado es estable. Mi t
oscú, Señorita Volkov.
amente. Sus ojos recorrieron su r
le tomó al apellido Volkov pensar
n el cuello. Alexander no solo sabía quién era; conocía s
ndiente de mi pasado
u padre fue un chivo expiatorio de la corrupción en el sector energético. Y ahor
l sonido fue un chasquido
por terminada esta reunión ahora mismo. Mi informe se basará en su f
na sombra de sonrisa cruzando su ro
d vino aquí buscando justicia y yo vine a busc
la mesa, su tono bajando
d cree que el archivo que limpiará su nombre está enterrado en alg
la verdad que nadie se atrevía a t
iere, Al
e audite. Su informe final dirá que Titan Steel es una fortaleza de solvencia ética. Y a cambio...
ente, con sus ojos como
ma, Señorita Volkov. Yo la uso co
. Estaba de vuelta en el juego. Y el hombre que la desafiaba era el más peligros