El contrato de Cristal
uzaban el Atlántico hacia el Caribe, la dinámica entre Elara y Liam se había transformado. Lejo
proporcionado, mientras él revisaba documentos de Zenith Capital. La quietud era
ítesis del frío acero de Nueva York. La isla privada de George Ellington, un paraíso de
estructura abierta con vistas al mar infinito, con todas las comodidad
erraza privada. La habitación era enorme, dominada por una cama king size ce
ano-. Asumiremos que tenemos micrófonos, ya sea por espionaje de Julian o p
n la armadura de Wall Street, pero su mirada era igual de penetrante-. El primer evento es una cena info
esa -respondió ella, refir
ción de
a Liam hablando por teléfono, recostado en una silla de madera de teca, sus pies descalzos sobre la terra
la miró, su expresión se suavizó en u
á aquí -anunció
recorrerla. -Y Serena.
os y con los Ellington. Esta noche será
Había un pequeño sofá en la esquina de la te
emos de la
l extremo opuesto del sofá. La dist
constante y exagerado. Y tú me darás más detalles
irada era de paciencia, pe
ocios, Elara. Necesitamos
sperado, Liam palmeó su muslo
n a
luchando contra la necesidad de mantener su espacio. Pero el recuerdo de la hum
ela de su vestido era delgada, y la sensación de sus músculos bajo ella era abrumado
ario -murmuró el
cómodos, relajados, íntimos en nuestro espacio privado, la credib
dema
os hablando
n una isla privada no discuten la deuda c
su cabeza descansó sobre su hombro. El olor a su coloni
sus
o, Elara. C
tura. Pero en lugar de ser un simple apoyo, su pulgar comenzó a moverse. Un movimiento lento, hi
ad, solo una posesión suave y constante. Elara sintió un calor inusual extenderse desde el pun
comenzó ella, tratando d
te en su cabello-. La caricia es para
ntacto sutil, oculto a cualquier observador, pero que la obligaba a concentrarse únicamente en él. Elara
en marcado contraste con la electricidad que generaba su mano-. Julian n
ber exactame
a suave; era un roce calculado, destinado a borrar el
nteresada en el mundo, Elara. Como si este momento, y es
ó un poco, su a
presion
os momentos. Y estoy dándote información crítica. Si te retuerces, parec
e dominación sutil, recordándole quién tenía el control en ese momento íntimo. Él estaba usando su cuerpo c
la deuda y el calendario. Mientras él hablaba de millones de dólares y colapsos empresariales, su mano conti
inclinó y besó su fren
: cada vez que Julian te mire, qu
onde su cuerpo había estado. La vengan