La Compañera Plateada: Destruida por su Alfa
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lidez, le ordenó a la doctora que inyectara plata líquida en mi
ba, es un pasivo para la manada. Co
plata quemaba mi alma, cort
is quemaduras; estaba limpiando el camino para
ver cómo reclamaba públicamente a
svanecería silenciosamente en los cuarto
uerte y encontrado las pruebas de ADN q
el, sonreí mientras subía al aut
ramado exponiendo cada una de sus me
ículo en llamas, dándose cuenta de que había destruido a
ítu
e vista
ire en el sótano del hospital de la manada.
s muñecas y tobillos, rozando una piel que ya estaba en carne viva y llenntra la bandeja de metal como dientes castañeando-. Todavía se está recuperando de la inhalación d
e gris carbón impecable, luciendo como el poderoso Alfa de la Manada Luna Oscura. Tenía la
a baja, pero cargaba con el pe
de menor rango pudiera ignorar. Era una fuerza física, una
os llenos de lágrimas-. Ella es su d
ala. Es débil. El fuego casi la mata. Si sigue siendo loba, será desafiada. La lastimarán. Esto es po
ment
me habían dado antes hacía que mis extremidades se sint
en la sala de recuperación. Las paredes eran
el como heredero*, había dicho. *Quemen la casa. Si Sara sobrevive,
ría hacer espacio para su
el aire en la habitación cayó, su aur
contra su voluntad. El Comando Alfa secuestró sus músculos. T
a lí
ansformaciones y, si se inyecta directamente en el torrente sanguíneo en dosis altas, caza al espíritu de
Mi garganta estaba en carne
ó. Miró a
Sara. Ya no sentirá
foró la vena
de
Plomo fundido subió por mi bra
it
n pánico. Arañaba el interior de mi pecho, aullando en confusión y agonía. Intent
te, su voz distorsionada
sollocé in
re la mesa, tensándose contra las correas de cuero. El sonido de mis propi
ervaba. No
llegó el
ado atrapara el núcleo de mi alm
i cabeza, seguido de un sil
pelaje erizándose, y luego se fue. La conexión que había sido un
mente agudo como para escuchar un latido al otro lado de la habitación, se em
ba v
ró la doctora, col
o estaba sudando, temblando, con lágrim
ebería haber enviado chispas del Vínculo de Compañeros a través de mí -la emoción e
sicamente, incluso si la
sa ternura-. Estás a salvo ahora, S
mi frente. Fue e
le la garganta. Pero ahora solo era una chic
ostraba que sabía la verdad, nu
arré su solapa. Lo miré a los ojos con to
sabiendo a bilis en mi boca-
unfante y arrogante. Pensó que hab
de lo que acab