Cautivado, no quiero nada más que a ti
observar a la mujer qu
era su media hermana, una a
ca doble cara. Cuando se paró frente a Raque
do mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿Por qué sigues
Pero pronto reprimió su ira, cambiand
poco de preocupación. ¿Cómo
cupac
o. Solo quería b
conversación. Le recordó a Raquel: "Señora Sullivan, es hor
icia y le dijo a Iván: "No es que no quiera irme; es solo que h
uedó sin
cias. Me preocupaba mucho que estuvieras triste, así que me salí antes del tr
quel se distanció rápidamente de ella y se vol
ntener su expresión severa. Sin otra opción, el hombre le
ojos ardían de rabia en ese momento, p
ede comprender el lenguaje humano",
e enfureciera. Apretó los puños
, Raquel ladeó un poco la cabeza,
te en el rostro de
mida, y siempre era obediente y agradecida con el
ó Iván, su voz contenía
estoy insinuando que no quiera que mi hermana se vaya. Solo
aquel se sorprend
se marchaba. Dijo que, según el acuerdo de divorcio, Raquel no podía llevarse nada que perteneciera a la familia S
maleta? Tengo que comprobar si te
o contiene algo de ropa. ¡No me llevé
nde a ti decidirlo. Si no te llevaste nada inapropiado, ¿por qué
ia dejó la maleta en
en desorden. Parecía que Raquel realm
jarla ir tan fácilmente, Alicia rebuscó entre la ropa. Era como si no fuera a parar h
cosméticos de Raquel, y sin embargo Alicia sigui
e revisar?". Raqu
or. Es mejor revisar a fondo",
la cabeza. Los moretones de su cuerpo aún no habían cicatrizado. Realmente no quería perder más
to a Alicia, se dirigió al ascensor
in
pacio. Justo antes de que Raquel pudiera entrar, sintió de repente un escalofrío. La t
de cuero brillante. Cuando levantó la c
primero en reaccionar, incli
a mañana". Había un destello de advertencia en l
r la había estrangulado esa mañana. Tembló d
de atención, dijo:
emonios sigues aquí?", pregunt
quedó contra la pared. Cerró los ojos un segundo
a punto de irme, pero ella apareció d
terminar su explicación cuando A
así?", preguntó con
a Alicia en su cabeza. Si no fuera por esta mujer, se h
ita
la marcha de Raquel. Solo seguía tus órdenes de revisar su equipaje. Temo que te robe
e Raquel había hecho, haciéndolo parecer más hosco de lo
la pared. Ella no se lo esperaba, pero consiguió agarrar la mano de
". Raquel gritó
a prueba mi paciencia una
el perdía el conocimiento. No pod
livan, si le ocurre algo a la señora Sullivan, esos bastardos de la Junta Directiva lo us
que agarraban el cuello de Raquel se pusieron