El comprador
en su
titud sobrada, y yo también lo sabía
ánto. En ese momento me hubiese gustado muchísimo saberlo, y eso hubiese evitado pasar por to
os dos, lo que ya estaba más que claro y que a su v
.. Pues los desesperados como yo. Y m
ho nada por ayudarme a no delinquir, más bien había esperado que sucediera, justo como él necesitaba que pasara, para luego usarl
e me impidiera negarme y me pusieran bajo su absoluto control. Y finalmente, llegué a la conclusión de que en c
do para alguien sin apenas recursos, así
do en mi contra con tal de efectuar su compra. Nadie que se tomaba tan a cabalidad un suceso como el
a un hecho que algo tenía yo que venderle
venido por un l
peligroso, justo al lado de los agentes que me preguntaban si había alg
a me decían, que el futuro de m
suspirar resignada, aceptando c
d, les dijo que no había más alboroto en aque
nico mentir
ga - decisivo de nuestras vidas - mentía con frialdad - y tal vez, se nos ha i
observando la diferencia
de un bajareque de casa, con una novia muy guapa sí, pero
on sus manos y pegar mi cuerpo al suyo, hablando e
os y las suyas subieron por mi espalda, saboreando la piel con las yem
o visual y esos ojos fijos en los mío
dad, su gelidéz no encajaba
reguntó haciendo ver que me pedía pos
li romántica, solo les faltaba darse las manos y b
ran incapaces de notar l
total convicción, en qué él, sería mi vida de ahora en
s y cuando lo ví, intensionadament
o fue ine
as ardientes derritiéndose por el h
él. Tan helado como cálido. Tan frí
os y asombrados y ojos, que se prometían cosas que no debían ser prometidas y menos, por
s y suspiros descontrolados. Un beso confuso que no tenía exp
s, hasta que los agentes culpables de mi humillación, se disculp
stenían. Parecían haberse anclado a mi cuerpo y
que nunca existió. Era como cuando c
, las llevó a los bolsillos de su traje
de oro si
ca y me limpié todo rastro imagina
asó desapercibido; pero sin emba
cosa de importancia para tí - dijo con de
e controlar las situación en el subsuelo. No existían prácticamente
. Sumé algunas otras cosas, entre las que estaban un ínfimo númer
r, que casi parecía ser de ant
ido el único espacio donde me sentía en calma, mientras perpetuaba una des
e pequeña y aunque no habíamos hecho muchas am
r parte de tu escencia, tu crecimiento, memorias..., es duro. Tris
e baja de la escalera, espera
ien tan sensual,
stro endiosado perte
osa como esa?... ¿En un momento co
uel, frío y sin emoción aparente, sentí que el bolso que llevaba cayó al suelo en respuesta a mi ira y dando golpes con mis za
aquellos malditos ojos azules. Pozos de mar h
ntrato - me indicó con su mano que
abrirme la silla para que me sen
añaba su absurda marca reg
nes y por eso, el sábado anterior daremos una fiesta, ese domingo nos despediremos tú y yo y el lunes se hará mi compra - e
é mirando los papeles que tenía delan
ó la vuelta por detrás de mí y se inclinó, a
ar mis ojos a los suyos y ambos nos soport
vadió los fundamentos. Y termin
sin en
a ti- cont
uesta no
rte- sentí un doble se
pedí educadamente. Sin embarg
ue no esté respondiendo tu pregunta -me est
es tan p
ue lo
timo lo dijo en
artida. Se adivinaba que pe
có un bolígrafo de su saco y lo pus
firmar - las condiciones son pocas pero inamovibles - asentí - durante este tiempo, dormirás en mi cama, cuidarás tu salud, buena ali
dije con firmeza, puntualizando
te preocupa el sexo, tranquila que no me interesa follarte - la manera de pronun
da - aquello me supo raro - no saldrás si no es conmigo y no quiero que veas a nadie sin mi permiso
mostrarme desnuda frente a este hombre.
, que podría mostrarme desnuda, pues no tenía traumas y
podría decir? No había nada que pudiera impedir que firmara
iró inq
tengo que venderte ?
importante era su compra,
ue exiges de mí, que no es poco, teniendo en cuenta que no sé ni que es - dije rezan
Pero no te equivoques Loreine - que bien se escuchaba mi nombr
a, esos dientes inmaculados, es
dito
arantizar que no quisiera un hijo mío. Aunque dijo que no tendríamos sexo,
a no daba pistas, pero al m
ndo la otra pre
en por mí, por quién soy, asumiendo que me vean? - al me
onvicción -mi vida, mis decisiones y mis compras son indiscutibles.
a casi un grito de ayuda no escuchado. Había resentimiento y amargura
cediera, me daría un futuro y una cárcel de dos meses. Me sentía una prostitu
mpleaños! - hablé rápido pensando que luego de mi
ho. ¡
s. Estaba sin tiempo para pensar en más excusas y creía q
orque manipularme con la parte más banal de esta historia. Ya todo estaba dicho y l
iendo algo valioso que no sabía que
ciera demasiada falta el día que