El cruel ultimátum del CEO, Mi ascenso
ina
bre un festín mortal. El alegre parloteo de la hora del almuerzo se apagó mientras la
a cuidadosamente preparadas c
mostrador, pinchando un trozo de pollo asado co
s amables y con 'Andrés' bordado en
local, señorit
ecipiente incrustado de joyas de
ias. Traj
ña porción de lo que parecían ser huevas
una mano con desdén hacia la comida destinada a cient
ara vaciar todo el recipiente de caviar en la gran
dente, colocando una mano firme sobre la bandeja, bloqueándola. S
oz de Jimena se v
os tener comida de fuera, especialmente alérgenos potenciales, mezclada con el servicio general. P
o de alimentos. Una regla que yo había ayudado a e
fuera un insecto que es
recipiente de caviar-. Este pequeño snack vale más que tod
a de comida -dijo Andrés, su tono inquebrantable. Era un p
ó, su rostro contorsionándos
ue me dejó sin aliento. Sacó su teléfono y marcó un número rápido
sta panorámica de la ciudad. Estaba en medio de la presentación. La presentación a In
ormada instantáneamente en la de una niña heri
e concentrada y seria, se suavizó
pasa? Estoy e
toico chef y la inquietud general en la cafetería-. Pero tu personal... se están uniendo en
levantado la voz
de Mateo se fr
en una sonrisa triunfante mientra
eneral quiere
ible. Pude oír la voz de Mateo, ya no cá
Mateo crepitó a través del pequeño altavoz-
la de Andr
violación del código de sanidad
ó, cargada de irritación-. ¡Me importa que Jimena esté content
ón pública. Los empleados estaban congelados, con las bandeja
ono a Jimena. Prácticam
e susurró
dos silenciosos y observadores, para finalmente detenerse en mí. La había
llozo falso atrapado en su garganta-. Es como si todos me odiaran. ¡Esa ch
o molesto; estaba furioso. Furioso porque esto estaba interrumpiendo su gran momento.
s frente a Mateo en la mesa de conferencias. Los inversionistas. Estaba avergonzando a su propio personal, en vivo
fé derramado o un recipiente de caviar. Se trataba de un defecto fundamental en su l
és del altavoz del teléfono-. Cada uno de ustedes se disculpará con la señorit
la cámara, sus ojos
unior. Empieza tú. Discú
Me estaba ordenando a mí, la cofundadora de su empresa, su prometida, que me humillara públicamente por esta mujer. La estaba eligiendo a ella, en
la empresa que se suponía que co
vanté mi mano roja y quemada, la piel ya empezando a ampollarse. El dolor er
hablé, fue peli
l-. ¿Estás seguro? ¿Estás absoluta, positivament