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La traición suprema de mi esposo cirujano

La traición suprema de mi esposo cirujano

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1731    |    Actualizado en: 07/11/2025

corazón que salvaría la vida de mi madre. Me canceló por una "emergencia mayo

otra mujer, mientras lo llamaban "h

a la madre de ella a nuestra casa, en el cuart

amente conocer a mi madre, la mujer que ayudó a pagar su carr

e tan adicto a los aplausos que dest

de mi corazón, me acerqué a él con los pa

con una voz fr

ítu

ista de So

., justo cuando estaban preparando a mi madre para la cirugía

a sala de espera. Esperaba que fuera él, Damián, con un

luminó con su nombre, pero

múltiple en el Periférico. Inevitable. El Dr

ilencio en mi cabeza. Un choque múltiple. Sonaba catastrófico, oficial. Era el tipo de emergencia que con

Era ine

vando al quirófano al final del pasillo. Su vida pendía de un hilo, y el hombre que le había prometido a

e decirme a mí misma. Ese es el trato que hice cuando me

traerme del nudo de hielo que se formaba en mi estómago. Fue entonces cu

, Ivonne de la Vega, se había convertido en el p

mano más vieja y arrugada. Su Rolex brillaba bajo una luz que claramente no era el resplandor áspero de

taba escrito en una f

de mi mamá. Algunos doctores simplemente tienen un corazón más

lo se hizo añi

to de

de la Vega, una mujer cuyos "sustos de salud" eran tan frecuentes y predecibles como el

lo estaba allí

dre se enfrentaba a una cirugía a corazón abierto de cinco horas con un cirujano sustituto que nunca hab

comprensiva que había construido con tanto cuidado se resquebrajó.

La gota que d

ega de Damián, un cirujano amable y competente llamado Dr. Emilio Franco. Lo había visto un par

o de planes. Necesito su ayuda. Quiero que trasladen

nciosa que iba más allá de la situación. Vio la

amadas -dijo

madre salió a salvo de la cirugía, con su procedimiento exitoso gracias al capaz Dr.

bía guardado en mi teléfono hacía meses,

da de divorcios más de

ueco de escalera vacío-. Soy S

en silencio p

ñana por la mañana -respondió, su voz

a finalizando se sintió como

uéspedes, donde mi madre se habría quedado para recuperarse. La había estado observando dormir, su pe

os de madera, el suspiro cansado mientras dejaba caer sus llaves en el cuenco de cerámic

de agotamiento cuidadosamente construida en su atractivo rostro. El

arme. -Su voz era un murmullo bajo y preocupado, el que

n mi madre, mi mano descansando suavemente s

plana-. El Dr. Paredes

no es yo. Lo siento mucho, cariño. Fue un caos

eyendo que su genio quirúrgico era tan vital, tan indispensable, que su arrogancia, su negligencia, eran precios que valía la pena paga

er su mano

Me encargaré personalmente d

a líneas afiladas en su rostro, resaltando

-d

, descon

quieres d

ondí, mi voz peligrosamente baja-. N

destello de irritación

ue estás molesta, pero estamos

evantándome y enfrentándolo por completo-. Razón por la cual la trasladan

confundido a fur

ico! ¡Soy el mejor de esta ciudad! ¿La estás

capó de mis labios fue amarga y s

do de tono-. ¡Estaba lidiando con un evento de

rillante y roto que era tan adicto a los aplausos de extraños que

i voz volviendo a esa calma helada-. Est

cerca, su mand

¿De mí sal

o la cabeza lentamen

en sus ojos antes de qu

ndo ridícu

e a otro lado, Damián. Simplemente no aquí. Ya no

a que era en parte furia, en parte orgullo herido

ar esto por tu cuenta? Entonces manéjalo. No vengas llor

ción. El sonido de sus pasos se desvaneció, s

err

suave luz de la lámpara. Una sola lágrima, caliente

er durante tanto tiempo qu

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