Me llamó cazafortunas, ahora no me deja en paz.
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dose bajo el firme agarre. Su mano se aferró a su cintura, guiando cada movimiento con un control firme, tomando de ella lo que quería mientras permanecía perfectamente seren
o aun así dejó el corazón de Scarlett latiendo con
ia Sullivan, era el hombre al que ha
; sin embargo, cada vez que sus cuerpos se unían, se movían
a cedía, sin resistirse nunca, dándole siempre exactamente lo que él anhelaba. Como en ese m
hasta que se vio obligada a mirarlo, sus ojos claros r
o él parecía no cansarse nun
aron, como si pudiera caer en la
respiración, Asher se apartó, ya habí
ción en su ges
Después de eso, tengo a
viéndose fríos y distantes mientra
e, según el médico de la familia, era suave, incluso inofensivo. Durante tres
de sus labios mientras se v
za humeante de un líquido oscuro. El amargor agudo y terroso llen
eguntó Ronda en voz baja, ofreciendo una pequeña sonri
ido en la única constante en la vida de Scarlett y, co
ués, dejando solo el eco de su ausencia. Ronda sab
e parecía en nada a la glamurosa fan
a taza y bebió el amargo brebaje de
encioso y llevó la taza a
entrelazadas en su regazo, mientras el silencio la
de cabello caían sobre su frente, suavizando las líneas afiladas de sus rasgos. Incluso vestido de manera in
ett, su mirada se alzó con un
chica de hace d
Scarlett como agua helada
de la mesa de café, sacó una car
, hojeando las páginas
xon: grácil, serena y tenía unos ojos tan inquietante
cia; era la cruel verdad mirando
amarga se dibuj
ella, solo para darse cuenta de que en realidad no la
a razón por la que se
l. "Entonces... ¿ella es la que te salvó en aquel entonc
obó el coraz
en la suya, firme e inquebrantable, mient
encontraste." Scarlett se e
ó a Asher; una punzada que no pod
salida, ¿no?". La voz de Scarlett tenía una calma quebradiza, las palabras afi
arecía como si estuviera sopesando si ella d
su regazo. "Me has tratado bastante bien estos tres años. Al menos tuve una probada de lo que es vivir como la
ojos vagaran, como si estuviera repa
silencio ante
sacó del peligro. Pero el precio que pagó fue brutal: un accidente de coche
abía preguntado qué tipo
o que quería er
l se pusiera, habían registrado su matrimonio. Desde ese momento, ell
bía sido suyo. Escondida en lo más profundo de él había otra mujer, la que había amado primero, la que creí
mento de que Scarlett
o, Scarlett salió de su ensoñación, se quitó el anillo de
bios mientras decía: "Cuando estés listo para poner fin
o de diamantes brillaba como
l desde hacía años. Solo tres años atrás, al arriesgar su vida par
su dedo, sabía que el amor que había guardado con tan
ue se sentiría como una cuchilla retor
dado, como si alguien hubiera metido la mano
haremos mañana, antes de que empiec
e y cortante. Se levantó, se dio la vuelta para
Te daré lo que quiera
había sentido e
odía ofrecerle, la riqueza t
voz uniforme: "Quiero un hijo. ¿
gó antes de que la pregun
N
ett, amarga y resignada. "Entonces, hemos termina
ébilmente por la casa silenciosa, fue lo último que se oyó antes
e se le pedía. Hoy, por primera vez, había expresado un deseo propio: un hijo. Si
de mujer que ruega o se q
en la cima de la escalera, un pliegue formándose entre sus cejas, al
con el nombre del sanat