Desencadenada: la venganza de una Hacker
e seguridad le torcieron los brazos detrás de
anas de vomitar. Intentó incorporarse, pero Vi
ingida sorpresa: "Uy, lo sie
a? No eres más que una perra callejera y patética. ¿Sabes por qué Lucien ni siquiera quiere acos
por respirar, y de pronto tosió un
, no
rocedió y "accidentalmente" leva
a de todos: su piel antes suave, ahora cubierta de
bre Eliana: curiosidad, lástima
lo que ella
u garganta, Eliana forzó u
ar su falda de nuevo en su lugar, pero el tacón
ía la boca riendo: "Lo siento, mi pie lastimado
la cabeza, con
a contraluz, su expresión
uenta de cuán alto er
silla de ruedas, mirándola directamente a l
a sido su más d
era y ronca: "Lucien, rómpa
agachó l
claramente, lleno de nada
rta en tecnología a la que pagué una fortuna... solo por una lisiada como tú? S
una carcajada descontrolada y maníaca, q
a en tecnolo
sa burlona de un extraño bastab
aba, la despreciaba c
, su pariente más cercano, y él pagó su confi
do libre e indulgente,
e aparecía por la mañana con camelias empapadas de rocío, esperando a que Eli
sus heridas frente a todos y emit
no. Forzando su cuerpo, agarró la
ce nada
n cayó, revelando un tatuaje en la parte
e has estado haciendo
inar, Lucien le retorció el braz
matar
e abrieron de nuevo, la sangre
lo encharcado de sangre, su nariz ll
rla, sin encontrar ni un ápice d
es se privaba de comida por culpa s
ea, Lu
ue un susurro, pero sus palabras
os, se acabó.
as aullab
! ¡Quieto