Sus múltiples identidades ocultas
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ch.
su cuerpo, Marissa Nash se mareó
dejado olvidado en el asiento. Sus largas y afiladas e
lo que significaba que probablemente estaría entumecida durante las próximas
dolor, se quitó las espinas y quiso ir
, con un traje elegante, entró en la floristería por la puerta de c
mirada se arremolinaba una mezcla de despr
ceño. No lo reconocía y no sa
vidente que no lle
sgo de que su verdadera identidad fuera descubierta. También existía la posibilidad de que hubiera u
vió a hacer ningún movimiento en falso. Lo único que
comprar flores, s
resopló co
, la levantó y la
sus puños, faltos de fuerza, no hicieron
raba afuera la
e Vintage, más de una docena de lujosos Rol
idos de negro, rodeaban su modesta tienda de flor
dos, ya se habían refugiado
elícula de mafiosos: un capo
lograba identificar a qué figura pode
o a plena luz del día era u
el auto y, acto seguid
el auto se impregnó de su presencia intensa
amente, metió la mano en su bolsillo en busca d
edos rozaban el disposi
. "Señor, ¿podría al menos decirme su nom
mente cuando la mano del hombre se
terminar mal si oponía
guitos. Una palabra más
dad, ella se apresuró
o quedarse inmóvil, preguntándo
dió a continuación la de
ujo al Ayu
, su nombre ya figuraba junto al de
jada sin miramientos sobre el asient
imonio que aferraba en sus manos. Fue allí donde por
ersona: el actual jefe de la familia más importante,
ba tan intimidante c
o con alguien tan po
señor Dan
llat
ar de nuevo, pero Co
rda y le deslizó en el dedo anular un ani
o lo hacías antes. Y no vuelvas a p
quedó sin
la de ese hombre. ¿Cómo se sup
creo que ha habi
Connor llevó una de s
Cada una de sus palabras salía
apeles. No me interesa por qué me buscaste para luego huir, ni me importa la vergüenza y los problemas que causaste. Pero mi abuela está en el hospital por tu culpa, y eso lo vas a arreglar
mpezó a a
do a la muje
: era casi idéntica a la verdade
su ciudad natal, Adagend, para casarse con su prometid