El Secreto del Subjefe: La Huida de una Novia de la Mafia
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ano Derecha, la cura para una violenta maldición que lo atormentaba. Me prom
nó nuestro acuerdo. Trajo a casa a otra muj
recuerdo, haciéndolo pedazos. Cuando la enfrenté, Damián me
Damián creyó sin dudar. Para forzar una confesión, hizo que ataran a mi madre en un c
mbién murió. Salvé a mi madre y huimos del país, b
en España, rogando por mi perdón. Lo rechacé, eligiend
se abalanzó sobre nosotros. Lo último que vi fue a Da
ítu
ra
a elegir: borrarme de su vida o él me borraría del mundo.
l perfume caro que le había regalado por su cumpleaños. Él era la Mano Derecha del cártel de los Ferrer, un hombre tallado en
aron donde yo esperaba junto a los ventanales que iban del piso al techo. Se quitó la chamarra, de
a algo más salvaje. Este era su ritual. Él tomaba la violencia de su mundo y la lavaba dentro d
n una furia violenta e incontrolable, su padre, el Don, había acudido a mí. Yo era la hija de un soldado leal que había muerto por ellos. Yo había amado a Dam
esperanza a la que me había aferrado durante mil noches solitarias: "
ón ya se estabilizaba mientras la mía seguía siendo un desastre entrecortado. Se levantó, camin
dijo, su voz plana.
e rompió. Simpl
ndo el líquido ámbar en su vaso. "Se llama
que está a punto de reemplazar. Sacó su cartera de los pantalones tirados, tomó una tarjeta
, una sonrisa cruel asomando en sus
. Se estaba burlando de mí. Burlándose de la devoción que
Ella es... pura. No como tú". Hizo un gesto vago hacia mí, hacia
aspecto frágil a la que ayudaba a subir a su coche, su toque gentil, protector. Una mujer a
de noche, vibró. Miré la pant
gro. Julián Torr
ada para siempre. Julián. El chico que había sido mi amigo antes de que
ficaron algo en mi
mente ligeras. Recogí mis pocas pertenencias -las que él me permitía tener aquí- y
una sonriente Sofía Rivas. Sus ojos,
onrisa vacilando. "Da
ura, atrayéndola posesivamente a
teñida de un desdén casual.
ba pasar junto a ellos, ella se movió, su hombro chocando con fuerza contra el mío. Tropecé, y el pequeño pájaro de madera tallad
l con un crujido nauseab