Amar al diablo del que todos intentaron escapar
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se lo que pase, debemos asegurar que los hijo
sa, le rozó el brazo, un contacto
os y confusos, pero el frí
ij
onios estab
y los recuerdos, borrosos,
el acero, atravesó la niebla de su me
u cráneo y, con un jadeo ag
la realidad. El sudor frío le corría por las sienes mientras se llevaba una mano te
una voz grave y resonan
antó la cabeza con lentitud, mirando dir
n. Casi me engañaste para
en y se deslizó hacia abajo con un movimiento deliberado. Sus labios se
naza subyacente en sus palabras hizo
n fuerte que sus nudillos se pusieron blancos. La confusión se arre
Reyn
El heredero de la poderosa dinastía Reynolds;
s hacía este
había mu
mientras exploraba los alrededores, q
una fuerza vertiginosa. Desp
os al pasado, justo cua
a arrojado en los brazos de Caleb d
ela de Caleb, se enteró, de inmediato lo presionó para que llevara a Liliana a casa y se
da vez que se enc
atrapada en una pes
ras todo su cuerpo temblaba. "No lo harás",
sus palabras
n su vida anterior, aunque Caleb siempre pensó que ella había c
escuchaba. Sus palabras, aunque susurrada
arecer casi etérea, pero des
mirada, con una sonrisa burlona. "¿Qué te
iana cuando se encontró con
lante de él: despiadado, insensib
an casi tan notorios com
a. Las mujeres acudían a él en tropel, pero los rumores coincidían en que: el am
sangre fría que incluso había meti
como él, nada
dearon el tierno cuello de Liliana, con la
álido como un fantasma y el mi
rrador, creyó que l
te timbre de un teléfono ro
a oscura e inescrutable mientras la voz animad
era mellizos, un niño y una niña. ¡Nuestra familia no ha tenido más de un hijo por genera
lotaba entre Caleb y Lili
rostro de Caleb, con la mirada
mada sin decir
la soltó. La palma de su mano rozó la mejilla en una caricia ex
voz suave y afilada como una cuchilla, "