Segunda vida, segundo amor: Casada con mi ángel de la guarda

a cayó como un rayo, su v

stante, y el silencio era tan

ella, incrédulos, paral

ntos se esparcieron. "¡Cállate!", gritó. "¿Acaso sabes lo que estás diciendo

ie de un salto y corrió a tirar de Sabrina hacia atrás. "¡Debes seguir medio dormida! ¿Cómo se te ocurre decir semejantes tonte

o lograba

el compromiso en ese momento, él no se detendría

o y, si se resistía, la empujaría directamente a la cama de Vernon par

amente como la habían engañado p

empujó por las escaleras y su cuerpo terminó atravesado por un

a a fuego con una angustia que jamás podría olvidar. En esta vida

azo, Sabrina buscaba desesperad

sión. Su tono profundo no transmitía ira,

. Solo una advertencia mesurada

dó atónita, con la increduli

pecho de Sabrina: había

da figura rozó el brazo de él en un gesto deliberadamente íntimo. Alzó el rostro; con la piel sonrojada, sus rasgos eran

. No es un impulso",

eño, mirándola con sus

que a un hombre como él no se le pod

que alzó el mentón y dijo con voz firme: "Porque casarme contigo es mucho más beneficioso que casarme con Vernon. Adem

ajaba con su reputación d

o tembló. "¡Desvergonzada! Has arrastrado

te, cortó su arrebato. "¿Insinúa usted

stante; su boca se abría y cerraba

o a Sebastián con ambas manos, y sus ojos brillaron c

o rozó y las suaves curvas de su cuerpo se pr

te provocadora. Con suavidad, pero con firmeza, él se soltó de su

negro hecho a medida acentuaban el poder que emanaba de él.

er asomado en sus ojos y bajó la vista hacia ella. "

lla, así que alzó el mentón y disimuló su nerviosismo con una sonrisa juguetona. "¿Temes

cacia de la joven, pero no respondió; solo deslizó una m

a la espalda y respondió con aplomo: "Esperaremos a registra

ubén, deja los regalo

que todas las miradas en l

icente. "No es necesario que los deje aquí. Ya

a de sus ojos. Al no encontrar rastro de vacilación, murmuró algo por lo baj

apareció por la puerta, ella se preparó: sabí

atada violenta, destrozó la labrada mesa de centro, haciend

voz que hizo temblar la habitació