La esposa de la mafia: renacida en la humillación
no armes un escándalo. Sophia está frágil ahora mismo. El colchón de la habitación principal es de espuma viscoelástica de alta cal
se colchón por mi columna debido a la lesión que tuve desde la infancia. Además escogiste luces cálidas amarillas porque le te
s y su voz se volvió pesada. "Elena, ahora no es el momento p
muerta. Me obligaste a disculparme con su asesina y ahora tengo
lo mantenían la cabeza baj
ostro de Vincent. Sin emabrgo, él permaneció en silencio, ext
etrocedí, fijando
lamó "zorrita de la floristería" en una reunión familiar, Vincent lo expulsó de l
momento? ¡Cada punzada de d
cio hacia ella. "¿Quieres mi dormitorio? ¿Qué sigue? ¿Que te entregue a mi esposo
esta. "Elena, ¿cómo puedes decir eso? Vincent y yo solo so
y su paciencia comenzó a agotarse
unto a mí y me dijo en voz baja: "Elena, no me pongas entre la
pens
do por una mano helada y el
a vez rotas, no s
uestro amor. Ninguna compen
ia atrás, su sonrisa se volvió altiva y burl
siguió, sin dedicar
da, como si toda nuestra calidez hubiera si
an, pero me sentía congelada, como si
í antes de girarme lentamente ha
cálidas amarillas, sin velas con aroma a
sábanas frías, y me reí. Luego e
e desmoronaron tan fácilmente ante
me había
, mirando a la mujer d
edará así. Recuperaré cada una de las
la finca se había quedado silenciosa excep
ingenua y dulc
mento era un espectro im
n esa oscuridad, y usaría su sangr