La medicina Omega rechazada del Alfa
e Ser
rieta un reflejo de mi propio corazón roto. Esa escultura no era solo vidrio; eran mis años de devoción, mis
ta de angustia. Se arrodilló, haciendo un espectáculo de recoger los frag
ilado, soltó un pequeño y teatral grito. Una s
uc
de preocupación frenética. Tomó suavemente su mano, examinando el min
rno. Ni siquiera me miró a mí, ni a las ruinas de mi honor esparcidas por el
emó mi pena. La vi por lo que era:
ósito -dije, mi vo
on de par en par, llenándo
No, yo
i voz haciéndose más fuerte-. El vestíbulo tien
. Se irguió en toda su altura, la pura fuerza de su presencia de
a completa, pero estaba cerca, una advertencia que hizo que mi loba
sculparme -respondí, mi prop
dazo de basura inútil? -Señaló con desdén el cristal destroz
vizándose al instante. Le ahuecó el ro
amor. No dejaré
ándose de rabia. Levantó la mano, y por un s
ntención quedó suspendida en el aire entre nosotros
sa-. Fuera de mi edificio. Fuera de mi territori
ue pensé que compartíamos, el que había nutrido durante años, se rompió.
sado roto. Empujé las pesadas puertas de cristal y salí a la lluvia torrencial,
rlándose de mí, rompiendo una pequeña escultura de entrenamiento de madera que había tallado. Kael, que ya irradiaba autoridad, me había enco
estaba roto entonces. Ah
ta los huesos y temblando incontrolablemente. El dolor del rechazo, la lluvia fría, el puro agotamiento emocional
ermedad y miseria. Podrían haber pasado dos días cuando mi pu
alto en la cama, mi
a lluvia goteaba de su cabello, sus ojos estaban salvajes con una furi
anta y me levantó de las almohadas. Su aga
r que era pura Voz de Alfa, obligando una res
, su aliento caliente en mi c
-