Su heredero invisible, la huida de ella
portante de mi carrera: la inauguración de
mujer de una tormenta de cámaras mientras toda
ima y más fría bofetada: "Kati
tiempo", olvidando que fue la base de su empre
a con un plan para usar s
formulario de cesión de derechos de propiedad intelectual -le
ítu
e Ari
al en una galería de Polanco, en el corazón de la Ciudad de México. No una pequeña
ante cuatro años, había sido la esposa silenciosa y artística del multimillonario tecnológico Camilo
a brillante y abarrotada, sentí el frío
e noticias, parpadeando en e
ro de m
una fortaleza alrededor de otra mujer. Katia Chávez. Parecí
n vivo. No podía oír las palabras, pero las vi en los susurros ahogados y las miradas
ró. Un mensaje suyo, e
e necesita. Tú estará
ó. No se rompió de forma dramática. Fue más como un clic si
lado. No tuvo que preguntar. La evidencia brilla
u voz un gruñido bajo de ira
ntira fue automática, un reflejo
un hombre con un traje a la medida-. El crítico de
oto automático. Sonreí. Estre
ños caprichosos e intrincados que se habían convertido en el alma de "Aetéreo", la aplicación q
l menos, amaba lo que podía hacer por
esta noche. Me había bor
su may
ncreíblemente firme. Es asombroso lo tranquila que puedes
mis tacones marcando un ritmo fin
esposo. Llam
Soy Ariad
Cómo va la i
nocida incluso para mí-. Prepara los p
una p
ás se
e un formulario de cesión de derechos de propiedad intelectual. Le diré que la galería lo neces
un asunto de negocios. Era el
iadna -dijo ella despu
ón. Era un hecho-. Nunca lo hace. Espec
cho sentir invisible. Ahora, iba
ara mañana por la ma
ias -
ía. La sonrisa educada había desaparecido
lado. Al