La doble identidad de mi marido
Carsten a un centro comercial para comprar
de nobleza. Aunque ella había planeado comprarle rop
l bullicioso mercado nocturno, el únic
ulantes pregonaba sus mercancías a viva voz,
Carsten, quien a esa hora normalmen
copa de vino, un rato de lectura sobre finanzas y, pa
lugar. Lamentó haber aceptado casarse con Nadine, cuyo est
la promesa de su padre: después de un año,
sicos y eligió dos conjuntos deportiv
ganga, sin l
tó: "Este puesto es nuestra única op
desdén. "¿De verdad esperas
bancarrota y no quería avergonzarlo en público reprochándole su ex
pulencia a la austeridad es difícil, pero, dada tu situación
endo demasiado exigente. Apreciando el
vendedora: "La talla más grande, po
nta años y rostro cansado, observó a Carsten
es tu esposo?", pregun
urno, jamás habían visto a un hombre de una belleza tan imp
te, parecía
a las miradas femeninas, la insis
ensarlo, la mano de Na
su incomodidad,
jado lo suficiente, ella re
s que un hombre
adable, una invasión a su espa
e tomen de la mano", dijo con firme
da del rechazo. ¿Acaso
res acogían su cercanía
dijo en tono
mañana trabajo"
callejones hasta un modest
Carsten la miró sin poder ocult
o que había usado c
a elegancia, su ruina financiera deb
banco le había embargado el auto y l
, no tenía derecho a m
reprocharle, Nadine mant
amentos tenían jardines, seguridad privada
taba con un completo personal de servicio: chóferes, nutrici
as condiciones no son las mejores, lo sé, pero al menos tiene un techo sobre la cabeza. Ahora d
ad", dijo Carsten, obligad
on su padre y, por su libertad, es
dine le pareció incr
a, el espacio total apenas superaba el tama
embargo, ocult
rmitorio, se ofreció
, mientras Carsten pasó la
cama, atrapada en un dilema: ¿debía pre
s. Dárselos a él significaría quedarse sin nada y posponer indefinidamente
s lo conocía.
espierta, y para las cinco de
tó y preparó un desay
, quien después de asearse
o solo tenía algunas verduras; el otro,
adine le había servido a
modesto, se mantuvo imperturbable. Sin objetar,
ó Nadine, comiendo sus f
n la o
ciendo ruido; sus modales en la
e forma exquisita y respetuosa en su presencia,
con elegancia para enrollar los fideos, ignorando los rui
cta al grano. "Señor Fletcher
pondió él, cort
los cien mil dólar
isó una mentira: "Mi empresa tuvo que cerrar y
"Deme los datos de su cuent
decisión. Dejó el tenedor y la miró fijamente. "Estoy en
tado toda la noche, ya ha
su elección de casarse con Carst
o anhelar compañía, alguien con quie
l cabo, er
para estar dispuesta a apoyarl
sus padres, fue abandonada por
años, su novio
y soportado los abandonos más crueles
tal vez, Carsten
ados. Luego, busque un trabajo y empiece de
pudo articular: "¿No t
é?", lo inter
uya con e
Nadine con una confianza que lo