La doble identidad de mi marido
ta de la discreta presencia
taba comiendo en el comedo
s la oportunidad de desatar su torrente d
ento estab
o alguna vez por qué ella renuncia al maquillaje y a los peinados? No es por falta de gusto, sino por las incesantes exigencias de c
y respetuosa si no hubiera elegido casarse contigo y
tar a Denis a golpes
de casarse", dijo él, aparentemente ajeno a la culpa, con aire de suficienci
ra, Nadine le dio una fu
eció en completo silen
rabia, le costó trabajo
n despreciable con
tú! Para mí no eres más que un monstruo. ¡Trata a Margot co
lpe físico y metafórico, sentí
scuchaba a escondidas desde f
e su descanso para almorzar,
compañeros, anunciando que se había casa
Nadine se mantuvo ocupada con el trabajo hasta
erminado p
tro extremo de la línea. Al reconocer la vo
porque su voz era muy reconocible, grave y
e tu empresa. Sal cuan
a, así que... "Está bi
en salió de su coche. "Elvin,
con el debido respeto. "¿Está se
uedes irte", res
Margot ubicaron estratégicamente su n
so epicentro comercial, una ca
fuera de la compa
creaban un ambiente incómodo, que cho
acercarse, se di
a, desconcertada por su presencia, record
e a pique y el banco se quedó con mi casa y mi coche. Ahora
fundida. "Pensé que esta mañana t
ntió con tranquilidad: "Tod
lar el repentino giro d
había revelado a
n continuó: "Además, ahora estoy sin
ayuda económica de su esposa si no hubier
a prueba a Nadine. Su inminente divorcio anula
ed pretendía demostra
arsten esperó la inevitab
lar la realidad de que su nuevo esposo estuviera de r
dió de in
sando una sensación de
, Carsten sonrió p
no podría acept
lo jugaba a su favor, ya que
él la engañó y pediría e
aba muy seg
libertad, eludiendo el pe
naste antes?", pregunt
a entrado voluntariamente en ese matrimon
rota y sin un centavo a su nombre, no podía
aban juntas las
á tu equipaje?", pregu
dó perplejo po
¿Estás de acuerdo con qu
ir. ¿Cómo podría darte la espalda? No pasa nada. De todos modos, no me casé contigo por t
e quedó d
a un re
a su padre que Nadine no e
upaba de verdad, encarnando la bonda
preguntó: "¿Y qué hay de los 100.00
a pensarlo", respond
s no era una ca
espués de todo, nos conocemos desde
ta mañana por la mañ
or Fletcher, además de la bancarrota, n
to eran mari
do, ella se vería obligad
siosa al
otó su in
y no quería cargarla más, así que aclaró: "No. Puedo saldar
ió ánimos: "Eres inteligente. Primero consigue
io, asintiendo en señ
que Nadine no le r
a pertenencia?",
de repente. No tuve oportunida
os de primera necesidad", sugirió ella, co
e un callejón, oyó
burlarse d
hombre que ha
a ruina financiera, sino que tambié
la alinearse co
dine lo había rechazado y humillado. N
anhelaba avergonz
lizar al esposo de ella par