Atracción fatal: enamorarse del objetivo
me a Dylan en varias ocasiones, pero su actitud distante
ia distinta: ganarme la confianza de su secretaria, Rachael Diaz. Gracias a ella, conseguí que me asi
un fajo de documentos, el semblante de Dylan se ens
lma: "Rachael está ocupada, así que la
cia la carpeta y con un gesto me i
ecta y continué hablando. "Señor Hew
a, respondió con apa
llaman señor Hewitt, me gustaría que tuviéramos un trato más pe
umentos y contestó con indi
s y pregunté con aparente naturalidad: "He notado que tien
mento y respondió: "
ibido, que no se detiene ante normas sociales ni opiniones ajenas. Sus protagonistas viven guiados únicamente por el
o. Nunca los he leído. Y no comparto su punto de vista. Yo valoro el autoc
a se engancharon en una de las esquinas. Al enderezarme, dos botones del escote se desprendieron. Uno de ellos rodó por el escritorio hasta detenerse justo al lado de la mano de Dylan. Sin embargo, fingí no darme cuenta y le o
n calma, sin ofr
ada en la suya y susurré: "Aspiro a satisfacerlo en todos los sentidos". Acaricié suavemente su mano
pálida piel había quedado parcialmente al descubierto. Me cuidé de mantener un aire de elegancia y no mostrar demasiado,
n la mirada al ver a una mujer hermosa, Dylan permaneció con
nto, pero no tengo tiem
ón y luego de una profunda tristeza. Lentamente, las lágrimas comenzaron a asomar a mis ojos. "Bueno. En ese caso,
neció impasible. Volvió a rechazarme, sin pie
ritorio y se puso a revisarlo. Sin siquier
egundos más, aceptando
s en esta profesión, era la primera vez que u
tarla. Me alisé el vestido y caminé hacia la puerta. Sin embargo, justo cua
una sorpresa. ¿Qué hombre podría resist
o miré con inocencia. "¿Es que ahor
ó: "¿Cuántos
ta, respondí con asombro:
en la flor de la
Dylan volvió a su t
ese momento, no había mostrado el más mínimo interés en mí, y mucho menos había considerado serle infiel a su esposa por mi presencia. En e
jefe salía de viaje, llevaba a su asistente personal para que se ocupara de las tareas menores. Sin embargo, Dylan ni siquiera consideró llevarme. Sentí que
a. Sin embargo, ella aplacó mi entusiasmo con una dosis de realismo
volante con la otra, la tranquilicé: "No te pr
a mejor de lo que pensaba. Tal vez de v
lgar, llegué a la
Al abrir la puerta, lo encontré conversando sobre la adquisición con un hombre
rsación, me miró y preg
nvitara a ver una película a medianoche. Era una insinuación que cualquier adulto entendería.
naturalidad: "Claro, aunque me
"En ese caso, no beba", respondió. "Solo
os discretamente, pero mantuve la compostur
ear suavemente contra la de Dylan. "Tengo entendido que L
do se arremolinara en su interior. "El tío de mi espos
por ver cómo piensa frenar sus
ntras observaba el vino en su
con las mujeres como en su habilidad para los negocios. La confianza era una cualidad deseable, pero cuando se convierte en arrogancia, la caída es inminente. Dylan se había
Dylan. Me observó bajo las luces del salón. "Señor Hewi
sa. "Es la asistente personal q
ue está muy satisfecho con s
eó con él, pensativo. "Es aceptab
hombre. "La mujer de mis sueños
adelante con curiosidad, ladeando la
en aprender mi nombre. No era por mala memoria -la tenía excelente para los negocio
o, respondí: "Sabrin
o de vino, dando p
asta las diez de la noche. Salimos d
l del copiloto. Una vez en el auto, él permaneció e
abría a dónde ir. Técnicamente, no era necesario que lo acompañara, pero reconocí qu
vistazos por el espejo retrovisor,
pertado en mí una mezcla d
or su habitual atuendo formal y su semblante serio. Sin embargo, esa noche era diferente. Llevaba una camisa color vino y un abrigo de cuero. Tenía varios botones desabrochados, dejando entrev
, pensaba en cómo podría a
cerrados, los abrió de golpe. Apagó el cigarrillo en el cen
presa que no la escuché bien. "
irada y repitió: "¿Le
nder, lo miré a los oj
rio. De repente, se inclinó hacia adelant