Mi querida CEO
a resaca y el seguiría acostado junto a Yuki, a pesar de que no habían hecho nada y que sólo había dor
sintió miedo, se calmó un poco al ver que estaba vestida y luego al ver al hombre que estaba durmiendo al lado de ella sintió enojo "como se at
ste?, ¿por qu
mi, seguramente ahora estarías sin ropa despertando junto a
ó al escuchar las últimas palabras de ese hombre, como se atrevia ese t
ayuda, nadie se atreve
anoche parecía todo lo contrario, a
nto qu
uiero
e qui
ate c
me casar
hecho de tener que dejar a todos t
a dejar ir a tantos buenos hombres para
e esa mujer fuera tan descarada, dejándose llevar por el enojo sujeto ambos brazos de Yuki y p
a dar cuenta qu
ue no estaba jugando y el miedo se apoderó de ella pues no tenía la fuerza suficiente para detenerlo, lo único que le quedaba era resignarse
por tu auto que está es
pio sus lágrimas y bajo, abajo Ikerv se sentía muy culpable por lo que había sucedid
mo ikerv pues alguien que es capaz de forzar a una mujer no merece a una a su lado. Llegaron donde el auto y Yuki bajo lo más rápido que pudo subió a su auto donde se sentía segura, en ese momento
izo, sin embargo sabía que si le decía a su padre que iba a buscar a su antiguo amor y se
de su compromiso, pasado un rato trabajando entro en su oficina una empleada que llevaba un gran ramo de flores con una nota que llevaba escrito solo la palabra "perdón", la empleada dijo que se las mando el joven Ikerv y se retiró, después de esto Yuki no pudo concentrarse en el trabajo pues tenía muchas preguntas: "¿por qué ins