Desvelando Corazones: ¡¿Mi esposa es una magnate multimillonaria?!
asillo del hospital. Sentada en una silla gélida,
extraía sangre de una vena que r
abandonaba su cuerpo, sentía
ias veces, en un vano intento por disi
enfocar la silueta de su esposo, Ashton Will
ón o culpa, pero los párpados le pesaban de
e, mientras sostenía varias bolsas llenas de sangre. Luego, tras una mirada de reojo
y, reuniendo la poca fuerza que le qu
taba debilitando; sentía q
ton la dejó helada, con
sprovista de toda emoción, dijo: "Oliv
rueles, se le clavaron en el
confusión y desengaño la i
ia vida significara tan poco para
gudo que el dolor físico que le
s a la habitación de Olivia", ordenó Ash
y se marchó sin dedicarle a
Melanie no solo sintió una decepción y una triste
ecuerdo de cuando él la rescató de las g
on debía estar junto a Ash
se había ofrecido a tomar el lugar de la novia fugitiva, casán
o a Ashton como a su familia. Había hecho todo lo posible por asumir su papel de señora Will
co en el que había perdido muchísima sangre. Como el raro tipo de sangre de Oliv
aho
olsa vacía al tubo en su brazo, Melani
omento y, con la otra mano, se arrancó la aguja del br
corría por su brazo, se puso de pie y
escuchó la voz de Olivia, que sonaba a la
tenido este accidente, Melanie no tendrí
egó con la cabeza y dijo: "No tienes por qué sentirte mal, Olivia. De hecho,
importa, Olivia. Solo espera unos minutos más, ¿quieres? La
erta, escuchó cada palabra pronunciad
e y su vida no valían nada en
rando con furia a todos los presentes, preguntó entre dientes: "Lo tienen todo planeado,
y estaba carga
su irrupción, por lo que ambos
imera, el rostro contraído en una mueca de sus
lpa mía. Has sufrido mucho por mi accidente y mi necesidad de sangre. T
Olivia con una mirada glacial, sintiendo
con tus dotes de actriz, Oliv
cruel? Estás perfectamente sana, ¿qué más te da donar un poco de sangre? ¡No te vas a morir por eso!
no había aguja en el brazo de Melani
alvar a Olivia! Ve con el médico y sigue donando"
mente hacia Olivia, arrancándole la aguja de la
sistencia. Observó con asombro cómo Melanie agarraba la bolsa de sang
ta, pero la mía no, ¿cie
on con los ojos anegados en lágrimas y lo
a costa, Ashton corrió hacia Melanie para
tes de que pudiera alcanzarla, arrojó la bolsa co
ntra el piso. El sonido, agudo y húmedo
suelo en un charco oscuro,
Melanie sentenció: "¡Prefiero desperdiciar mi san