Engañada, repudiada y de repente rica
na luz etérea las dos figuras entrelazadas sobre la cama. Sus besos eran ardientes, desesperados, cargados d
Se apartó ligeramente, y la sorpresa se reflejó en su m
ia ella. Su mirada, nublada por el alcohol y el deseo, lo cautivó como un canto de sirena. La resistencia fue inútil ant
arsh. Se giró hacia la figura dormida a su lado, observando cómo la luz dorab
nzante. Había pasado años protegiendo su virginidad solo para perder
ga le mencionó que le conseguiría un acompañante, Eleanor as
dolor de haber sido expulsada de su hogar, habí
lió la pena", susurró Eleanor, mientras la yema de sus ded
de la cama. Su mirada se detuvo en las marcas carmesí que salp
y dejó una elegante tarjeta de crédito negra sobre la mesita
brilló un destello de agudeza. Lentamente, se incorporó mientras la
ia sonrisa, y su mirada se posó en la tarjeta de crédito que ella había
lina de una pantera. La luz matutina bañaba su figura es
mes. "Soy yo", dijo en cuanto contestaron, con una voz resuelta
eando libremente al viento, proyectaba una imagen de calma y despreocupación. Era como si la imprudencia d
que había hecho? La respuesta era clara: no. Nunca se había arrepentido
cumplir las expectativas de sus padres, soportando
n impecables; siempre obtenía el primer lugar en cada examen. Cuando le exigieron que no se distrajera co
ecibir aunque fuera el más mínimo elogio, pero todo lo que obtu
s nacía del cariño. Esa frágil ilusión se hizo añicos días atrás, con
dad sobre aquella joven, a quien le bastaba un simple parpadeo par
r. La hija biológica de ellos la culpó de haber roto un jarrón, lo
bía conducido por instinto de vuelta a la mansión Marsh, hasta que el chi
on de inmediato en su equipaje, arro
rsh, la verdadera heredera, quien miraba a Eleanor con una mezcla de desdén y satisfacción. "Has sido expulsada de la f
entras señalaba el montón de sus pertenencias. "¿De ver
que me correspondía... es repugnante. ¿Con qué derecho disfrutas de todo lo que esta familia posee?". El rostro de Camila se contrajo por la