Seducción irresistible: casada por engaño, amada de verdad
aban sarcasmo. "¿Así que la dedicada ama de casa se dignó a aparecer para vernos caer?"
rocesar, ella se había marchado sin mirar atrás. Nadie logró convencerla de que se quedara. Y en los cinco años transcurridos desde entonces, no se había puest
baja y con la mirada gacha. "Solo vine a
de jugar a la perfecta ama de casa a puerta cerrada? ¿C
nciosa oficina. Su mirada lo decía todo. "Es demasiado tarde. No n
uniforme: "Felix, entiendo que estés molesto, pero ahora de
ios puede hacer un ama de casa como tú para cambiar algo?". No se molestó en esperar u
nstante en que un destello cruzó su
a expresión de total incredul
nfatizando cada palabra. "Así que...". Extendió la mano hacia él. "Entonc
.
documentos que Felix le había dado para q
u habitación, se quedó paralizada. Allí, en su cama,
ón, sino una nacida de un corazón destrozado y una furia contenida. ¿Acaso Vincent no podía controlars
a traes a la otra a nuestr
n cuidado y luego caminó hacia su esposa. "
qué? No es que mi horario te haya imped
o nos conocemos desde niños. Es como de mi fami
ojos. "¿De verdad? ¿Entonces aho
Vincent. Abrió la boca para respon
fin. La gente siempre me decía que nos parecemos mucho". Luego miró al hom
tención de corresponder al saludo de Brinley. Sus palabras adquirieron
ios y le dirigió una m
annah, ya te expliqué la situación.
n un susurro cuando finalmente liberó la pregunta que la había atormentado desde que presenció la escena del otro día. "Vince
Ninguna respuesta s
lla. En el fondo, ya sabía la respuesta, pero confirmar la verdad en su silencio fue como si una cuchilla la parti
ontería? ¿Cuándo vas a madurar un poco?". Su expresión se volvió gélida. "
firmara el acuerdo de divorcio. Estaba decidida a alejarse de e
ón había terminado. "Todo este alboroto se acaba
pañó a Brinley h
ue le preparara una habitación de invitados. No pensaba
inco que llevaban de casados. Sus sentimientos por él
le había pegado prácticamente todos los días para dejarle claros sus sentimientos. A cualquiera
es a diario, aparecer con bocadillos y preguntar
frente a todos, sin importarle las miradas. La mayoría de las
nalmente le dio la oportunidad que buscaba. Lo acorraló contra la pared, le dedicó una
trajo a sus brazos. Ahora, al recordarlo, se daba cuenta de
lla lo había apostado todo por él, amándolo con todo su ser, pero lo que recibía a cambio nunca estuvo a la altura, dejándola sumida en la frustración. Con el tiempo, la
t permaneció sombrío. La chica extendió la mano
irtió: "Brinley, asegúrate de