La Novia Traicionada: Su Deuda Más Cruel
pospuesta de nuevo. Por quinta vez. Esta vez, fue un acc
blando. Los "accidentes" no eran accidentes en absoluto; eran actos de
lpa del escándalo legal de su familia. Kael, el hombre que amaba, me estaba hiriend
ó su libertad por la familia Ortiz, me había atado sin saberlo a mi verdugo. Kael
as cenizas de mi padre y dañara deliberadamente mis cuer
to? ¿Qué clase de hombre destruiría todo lo qu
víctima. No sería su
ítu
o, se pospuso de nuevo. Por quinta vez. Esta vez, fue un ac
s fosas nasales. Mi pierna izquierda estaba enyesada, un dolor sordo y punzante i
alabra extraña p
s un murmullo bajo. Todos eran colegas de Kael. Me trataban co
as escaleras un mes antes de nuestra primera fecha de boda. Un incendio en la cocina que me quemó las manos justo
e se desvió hacia mi carr
so por la preocupación. Supervisaba mi cuidado, su tacto profesional y frío. Nunca parecía res
Alicia", decía. "Tu s
to que su preocupació
na compositora. Mi música era mi vida, solo superada por Kael. Pero mis man
bir a una silla de ruedas y salí al pasillo silencioso. Era tarde y el
lcón al final del pasillo. Al acercarme al consultorio de Kael,
La voz era ligera, musical, pero con un filo innegable. La re
grave, desprovista de la calidez q
Detuve la silla de ruedas, escondi
pospondrá por meses", Jimena sonaba impaciente
spiración. ¿De qu
rio", dijo Kael. Sonaba c
de Jimena goteaba desdén. "¿Por qué tienes que casarte
la respiración, mi corazón mar
Su padre se echó la culpa por él, un escándalo legal que habría arruinado a nuestra familia. Se
palabras no tenían senti
, la voz de Jimena era
marga que me hirió más que cualquier lesi
a no era nada comparado con el peso apla
seguir con esta fars
amilia del Moral no tiene nada. Él cree que esta es
s pequeños incidentes hasta que ella s
ijo él, con u
ador de crueldad calculada. La caída. El fuego. La enfermed
ión de preocupación, cada toque gen
taba hiriendo, una y otra vez,
con la mano para ahogar un sollozo, el movimiento enviando una sacudida de agonía por mi cuerpo. Escapé, empujando las ruedas de mi
Amaba a Jim
y su libertad por un hombre al que llamaba su amigo. Lo hizo p
rificio me había
que Kael, el brillante y cotizado cirujano, se había enamorado genuinamente de mí, la tranq
me desgarraba el corazón. Mi rara condición neurológica significaba que sentía e
erpo temblando. Justo cuando me estaba metie
Ka
ringa y medicamentos. Estaba
preocupación que ahora me revolvía el est
ente rojos e hinchados, pero no parec
susurré, m
algésico y cambiar el ven
se suponía que debía usar un anestésico local antes de
asomó a sus labios. Una sonrisa que no había visto dirigida a mí en añ
ájaro de madera tallado a mano. Yo se lo había hecho para nuestro primer anive
sto al lado, había una
racturó en un millón de pedazos más. Era tan descuida
el mensaje de Jimena. Frotó el área alrede
el ane
o sin adorme
la piel viva fue fuego puro. Un grito
s clavándose en las sá
otra parte. Probablemente estaba pensando en Jimena. En cóm
a candente y abrasadora que me consumió. Mi cuerpo se arqueó
rimas corriendo por mi cara. "
Sé valiente". Su voz er
reglando una máquina. No como un médico tratando a u
n movimientos bruscos y precisos. Lu
ciente", dijo, sin mirarme a
ra palabra. Corría hacia ella. El pe
te. El dolor físico era inmenso, pero la agonía emo
do de posponer la boda. Me estaba castigando
d de mi cara. Mi cuerpo, roto y maltratado, finalmente se rindió. La