Traicionada por el amor, salvada por el sacrificio
ientras caía por la larga y sinuosa escalera. Aterrizó con un g
ebajo de ella. Sangre, la cual se acumuló a su alrededor
ando dramáticamente a su lado. Sin embargo, est
", susurró la mujer, para q
moción. Cuando vio a su esposa, tendida en un char
gritó con voz débil y temblorosa: "¡Julian! ¡Ella me empujó! Lo si
r al rostro de su amante, empapado en lágrimas, y la momentánea preocupación que había se
er sin mirarla dos veces. Luego se arrodilló junto a Katia, la
endo cara de valiente. "Deberías
azó más fuerte, y, sin mirar de nuevo a su esposa
io irse mientras una risa extraño
ron, tibias y amargas, mezclándo
na simple raspadura en la rodilla de ella. Ahora, en cambio, p
estúpida! No cabía duda de que las
io antes de perder el conocimiento fue el blanco in
naba el aire. Una enfermera estaba revisando sus signos vitales
le preguntó él al docto
sé a qué se refiere. En cuanto al embarazo, los regi
que el golpe definitivo debía venir de ella misma. Entonces, rápidamente, derribó un vaso de
a y la miró. El breve destello de preocupación en
oz baja y venenosa. "Empujast
si imperceptiblemente. El hombre, al ver el te
os discutir esto más tarde", dijo el médico, saca
cabecera de la cama. "Katia es tan amable, tan comprensiva. Y tú..
spondió Esther con v
mo una flor. No lastimaría ni a una m
ijo ella con un poco más de fuerza e
ero luego apretó la mandíbula. "¡No necesito revisar ninguna cámar
en la puerta, cojeando dramáticamen
olo del brazo. "Fue mi culpa. No debí hab
e, abrazándola de manera protector
a, miró a Esther con un brill
n tono de amenaza. "Estás fuera de