Tras la traición: la venganza de una esposa
ico me arrancó a Ivy de los brazos y la llevó apresuradamente a un consultorio. Me
lió unos minutos después. Su expresión me dijo to
suavemente. "Hicimos todo
la cabeza. "Estás equivo
a, devolverla a la vida con la pura fuerza de m
hacer", me dijo la doctora,
en una silla cercana, mientras un grito vacío resonaba en mi pecho. No pod
lgo oscuro y caliente que sobrepasaba al dolor: era rabia. Odio puro y
ncia, el que guardaba para
esinato", dije, apenas
pues una mano cayó sobre m
ú", me dijo en un susurro d
clipsaba brevemente mi dolor. "T
armas un escándalo, no puedo garantizar la seguridad de tu hermano. Los accidentes suceden t
el aire. Ezra todavía era un paciente en el h
n dudarlo, me abalancé sobre mi interlocutora y cerré mi mano sobre su esbelto cuello.
ó de su amante. Kaitlin retrocedió tambaleándose, jadeando por aire. Con un
confrontó mi exesposo, con el
dedo tembloroso hacia el consultorio. "¡Ivy est
endido, como si la idea de que sus acciones pudieran tener conse
habían seguido, comenzaron
uvo un ataque o algo! ¡No tuv
ad, comenzó: "Hemos revisado la autopsia preliminar. Parece que su hermana tenía una con
os, había comprado un informe, la integridad de la
zo de su patrocinador. "Murió por causas n
dureza. Acto seguido, les hizo un gesto a los guardaespaldas que habían aparecido a su lado y les indi
riendo a los asesinos, también me estaba castigando por decir la verdad. Y e
una sonrisa triunfal, colocó delicadamente la mano sobre su estómago y murm
ue habían concebido con mi dolor
a oleada de bilis subir por mi garganta, y
n, quien tenía una expresión de profunda preocupación, pero
mido en una silla junto a mi cama. Se veía cansado; además, su cabello,
de que me sent
es?", preguntó, intentando sonar sincero, pero po
Kaitlin... nunca será tú. Ella solo fue una aventura. Un error. T
ía borrar los terribles acontecimientos
, prometió con sinceridad: "Me desharé de ella. La envia
e. Sabía que tenía que involucrarme en
un tono plano. "Quiero trasladar
isiblemente aliviado por mi práctica solicitud. No cuestionó mis motivos, pues, en
rias. Unos minutos después, su asiste
n llegado. "Ezra Tucker, él... se