Creyó que me quedaría: Su error
dad para aparentar, y una mujer ap
onaban en mis oídos, un mantr
. Yo era una estudiante de arquitectura tranquila, enterrada en libr
res a mi dormitorio, me dejó café en la biblioteca y esperó
stamente persistente pero con una
o una tarde, genuinamente desconce
sabía que eran una fachada practicada. "Porque eres diferente
ión de los tipos como él. "No salg
era el heredero de una dinastía, y yo era solo... yo. Una huérfana con un
local, sentándose en una mesa del rincón durante horas, solo mirándome trabajar. Se deshizo de su lujoso au
con ese tipo de gesto grandioso. Tr
ue me habían estado enviando amenazas anónimas durante semanas, decidieron confrontarme.
ro, pinche trepador
e movió tan rápido que apenas lo vi. Agarró la muñeca de
nunca más", gruñó, s
"Ella está conmigo. Si tienen un proble
llas, en un último acto de desafío, lanzó una piedra. Estaba dirig
ngre corriendo por su rostro, antes
senté en la austera sala de espera blanca del hospital, mis manos t
carme. Ignoró a los médicos, a sus padres, a todo. Sus
ofía?", susurró
dado cuenta de que estaba con
pero triunfante. "¿Ves?
, tomó mi mano. "Sofía Garza, te amo. Déjame estar conti
brienta de amor y protección toda su
acó del recuerdo. "¡Sofía,
do, con el brazo envuelto posesivamente alrededor de su cintura. Estaban p
es había formado un semicírculo, con
na espectadora incómoda en la cele
doración. Era la misma mirada que solía darme a mí
gritó un fotógra
momento. Vi un atisbo de algo, ¿culpa, tal vez? Pero se fue tan rápi
y apasionado. La
ca del momento con el que había estado soñando todo el día. Mi propu
de su hombro. Alejandro y Karen eran las estrellas, encerrados en un abrazo
ren y se acercó a mí. Tuvo la decenc
s cómplices. "Solo aguanta. Una vez que Karen y yo estemos ca
rometiendo un futuro c
omperse más, se fracturó de nuevo. N
te al lado de Karen, su
asiento del copiloto. Fue un gesto pequeño y sin sen
e en el hombro de Alejandro. Recordaban su infancia, compartían bromas internas qu
volvían borrosas a través de mis lágrimas no de
te dirigida a mí. Vi su reflejo en la ventana, sus ojos agudos y calculadores. "N
cí en s
no ligero y despreocupado. "Él puede divertirse, y yo tambié
staba bien ser su amante
rovisor. "¿Ves, Sofía? Karen es muy comprensiv
onía. Realmente esperaba
a subió por mi gargan
erle por tomar mi vida
ido a esto: una mujer que se suponía que debía estar