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Creyó que me quedaría: Su error

Capítulo 2 

Palabras:1195    |    Actualizado en: 18/08/2025

dad para aparentar, y una mujer ap

onaban en mis oídos, un mantr

. Yo era una estudiante de arquitectura tranquila, enterrada en libr

res a mi dormitorio, me dejó café en la biblioteca y esperó

stamente persistente pero con una

o una tarde, genuinamente desconce

sabía que eran una fachada practicada. "Porque eres diferente

ión de los tipos como él. "No salg

era el heredero de una dinastía, y yo era solo... yo. Una huérfana con un

local, sentándose en una mesa del rincón durante horas, solo mirándome trabajar. Se deshizo de su lujoso au

con ese tipo de gesto grandioso. Tr

ue me habían estado enviando amenazas anónimas durante semanas, decidieron confrontarme.

ro, pinche trepador

e movió tan rápido que apenas lo vi. Agarró la muñeca de

nunca más", gruñó, s

"Ella está conmigo. Si tienen un proble

llas, en un último acto de desafío, lanzó una piedra. Estaba dirig

ngre corriendo por su rostro, antes

senté en la austera sala de espera blanca del hospital, mis manos t

carme. Ignoró a los médicos, a sus padres, a todo. Sus

ofía?", susurró

dado cuenta de que estaba con

pero triunfante. "¿Ves?

, tomó mi mano. "Sofía Garza, te amo. Déjame estar conti

brienta de amor y protección toda su

acó del recuerdo. "¡Sofía,

do, con el brazo envuelto posesivamente alrededor de su cintura. Estaban p

es había formado un semicírculo, con

na espectadora incómoda en la cele

doración. Era la misma mirada que solía darme a mí

gritó un fotógra

momento. Vi un atisbo de algo, ¿culpa, tal vez? Pero se fue tan rápi

y apasionado. La

ca del momento con el que había estado soñando todo el día. Mi propu

de su hombro. Alejandro y Karen eran las estrellas, encerrados en un abrazo

ren y se acercó a mí. Tuvo la decenc

s cómplices. "Solo aguanta. Una vez que Karen y yo estemos ca

rometiendo un futuro c

omperse más, se fracturó de nuevo. N

te al lado de Karen, su

asiento del copiloto. Fue un gesto pequeño y sin sen

e en el hombro de Alejandro. Recordaban su infancia, compartían bromas internas qu

volvían borrosas a través de mis lágrimas no de

te dirigida a mí. Vi su reflejo en la ventana, sus ojos agudos y calculadores. "N

cí en s

no ligero y despreocupado. "Él puede divertirse, y yo tambié

staba bien ser su amante

rovisor. "¿Ves, Sofía? Karen es muy comprensiv

onía. Realmente esperaba

a subió por mi gargan

erle por tomar mi vida

ido a esto: una mujer que se suponía que debía estar

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