Tres años, una cruel mentira
aba y cosía los desgarros de mi brazo, su presencia un peso pesado y sofocante. Mantuvo su teléfono boca abajo en su regazo,
a, ni siquiera se molestaba en mirarme mientras me ponían las vacunas
finalmente, su voz b
abeza, sin con
juro que Krystal y yo... es solo para aparentar. Es por la fami
ras, las mismas
egunté, mi voz apenas un susurro-. ¿
saliera bien, y no le importaba quién saliera herido en el proceso. En ese momento, algo dentr
ba h
a. Estaba de espaldas a mí, pero pude oír el cambio en su voz. El tono frío y tenso que usa
taré en casa pronto. Sí, te lleva
ta y me fui.
rma en que la protegía. El instinto no miente. No solo est
o un hecho. Un hecho frío y duro que se asen
te de mi padre, el día que le había prometido a su madre que desaparecería. Javier, en un
se moleste? -pregunté, picote
petó, un destello de i
en silencio. Er
caja de terciopelo. Dentro había un h
risa orgullosa en su rostro-. Si no t
de paparazzi de una gala hace seis meses. Ni siquiera se había molestado en conseg
oción en mí murió. Estab
ije, mi voz va
ió al
restaurante explotó de repente con luz. Una lluvi
que un multimillonario de la tecnología hizo que e
ez me había prometido mostrarme una lluvia de meteoros. Por
estaba allí, con el rostro surcado de lágrimas, los ojos desorbit
e con un dedo tembloroso-. ¡Envenenaste a m