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La lucha de una esposa por la justicia

Capítulo 4 

Palabras:851    |    Actualizado en: 14/08/2025

lana a casa. Ni siquiera esperó a que me mudara. Entró en mi

dormitorio, y comenzó a dirigir a los de

iz ante las piezas italianas hechas a medida que hab

ras, reemplazando mi vida con su propia estética serena y minimalista. Me estaba

, insistió en que

te dulce-. Al santuario de vida silvestre privado que

rada que era a la vez una súplica y una or

que

en el herpetario, el aire denso y húmedo. En el centro de la habitación había un enorme recinto d

erró al bra

rca? ¿Por favor? -arrulló-. Nunca

jo Damián, pero no había

quejó ella, hac

ó al cuidador que abriera el recinto de cristal y pus

se dio cuenta. Entró, con los ojos muy abiertos por una curiosidad in

ocar uno?

pudiera responder, se

d aterradora. Su cabeza se alzó, su lengua bífida parpadeando, sus

arró a Alana y la jaló detrás de

e dej

silenciosa y líquida. En un parpadeo, estaba sobre mí. Su cuerpo se envol

odía respirar, no podía gritar. Mis

na se había tropezado "accidentalmente", derramando su botella de ag

nda de lo que era. Un señuelo. Algo p

cidente. Estaba t

e. Sabía que luchar solo haría que el pitón apretara más fuerte. Me o

ugió Damián a su

as corriendo por su rostro-. ¡No podemos

névola tratando de proteger a una pobre criatura incompr

lla. Luego otra. Mi visión comenzó a oscurecers

tadas pero sin poder conseguir un tiro claro co

rar! -le gritó uno a Damiá

el brazo de Damián-. ¡No puede

ida de mí, Damián hizo lo impensable. Se volvió hacia

res -le

vi elegi

fuerza, forcé su nombr

miá

o patético y

o frente al arma

ijo, su voz llena de una certeza jus

lmente disparó. Debió ser un tiro de suert

ojó. El cuerpo del pitón se relajó, des

ndo por aire, el mundo volvi

alofriante, que si hubiera sido

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