Su esposa indeseada, su verdadero amor
sentó junto a su cama de hospital, le dio de comer caldo con una cuchara y le tra
ba, distante, como si viera una obra de teatro. Cada uno de sus movimientos estaba calculado, cada palabra una
alegando que necesitaba aire fresco, insist
trio del centro comercial
n y S
mento en que la vio con Antonio. Un
z tensa-. ¿Olvidaste
ciendo incómoda, sus ojos
no -dijo, con un tono juguetón en su voz que no llegaba a sus ojos-. Solo estamos tomando un
. eligiendo un regalo de bodas para ustedes -m
una forma perfecta de expl
ó. -Bien -dijo, su voz cortante-. E
una orden. Quería vigilar
nio. Había conseguido lo que quería: más tiempo en presencia de Sofía, b
cida dinámica. Fueron a una joyería, donde Sofía se probó co
una nube de seda blanca y en
mi? -preguntó, gi
ián, sus ojos mirando dis
balando por un momento, sus ojos llenos de una adoración crud
una foto? -preguntó Sofía,
ía. Damián, de pie a su lado, fue completamente recortado del encuadre. Valeria lo vio transferir discretamente l
su pecho. Era una extraña en todo aquello. El pasado con Damián era una mentira. El presente con Antonio e
antó y caminó hacia el baño, ne
do por una emergencia de negocios. Sofía a
un apuesto traje gris-. Un agradecimiento
deleite genuino y no forzado. Tomó el t
os que Valeria se pruebe un vestido para que podamos ver cómo se ven