ble, y su plan ya estaba en marcha. Marcelo pensaba que la traición se había salido con la suya, pero Valeria tenía otros planes. Los movimientos que comenzab
e algo en su expresión denotaba una urgencia que no podía ocultar. Valeria alzó
ria, tomando una postura más erguid
del escritorio caía sobre su rostro, pero sus ojos, normalmente tranq
raba en una situación extremadamente delicada-. ¿Estás segura de que todo debe hacerse en secreto? Quiero decir,
, pero su lealtad a veces le hacía dudar de las decisiones arriesgadas que ella estaba tomando. Sin embar
ia se levantó de la silla y caminó hacia la ventana. El horizonte de la ciudad brillaba a lo lejos, pero su mente estaba concentrada
no a ella que nunca. Estaba en una misión que era mucho más grande que ambos, pero lo que más le preocupaba era cómo afectaría a Valer
do la voz un poco, como si para sí mismo necesita
hacia él con una
, pero las órdenes provendrán de alguien más. -Valeria dio un paso hacia el escritorio, donde una carpeta estaba esperando para ser entregada-. Aquí están las primera
tegias de marketing, ajustes en los contratos, y una serie de movimientos financieros que pondrían en marcha un plan para desac
Valeria. Por un instante, vio una chispa de ansiedad en sus ojos, pero tan fugazmente que pensó h
te con la cabeza, su
-Valeria caminó hacia el ventanal, observando la ciudad iluminada. El resplandor de las luces nocturnas parecía reflejar su determinación-. Si todo sale como espero,
ra los resultados. Pero confiaba en ella. Sabía que su mente era brillante, y lo que estaba planteando no era
mbargo, antes de girar hacia la puerta, miró a Valeria, quien parecía estar inmersa en
ió, pero su voz s
que a una orden-. No puedo seguir este camino sin saber quién más está involucrado. H
labras de Valeria le hicieron sentir una presión que
trabajando con él. -Valeria se acercó al escritorio y sacó otro conjunto de papeles, que entregó
preguntas. Sabía que Valeria tenía sus razones y que, aunque a veces sus
ro antes de salir, se detuvo un momento-. Y
eces, parecía que se enfrentaba sola a todo, pero sabía
pero llena de gratitud, un tono que rara vez u
abrían que las cartas del juego habían cambiado, pero nadie entendería el alcance de los movimientos que Valeria ya había comenz