ala, rodeada de un puñado de álbumes fotográficos y una caja de recuerdos cuidadosamente seleccionada. En la mesa frente a ella, extendidas en un orden casi ritual,
otra, aparecían brindando en una terraza elegante, con la ciudad de fondo. Y en otra más, caminaban de espaldas por una playa, cogidos de la mano. Ninguna era real. Algunas eran f
lo había acompañado desde que salió del hospital. Vestía ropa cómoda, pero impecable, como si incluso
é ha
la vista co
on tus recuerdos. Tal vez estas fotos
orrió las imágenes con un interés casi infantil, como si estuvier
Torre Eiffel de fondo-. Fue nuestro primer viaje juntos. Tú ins
a escena. No encontró nada, pero la forma en que Valeria lo
otra foto donde aparecían en
e todo un restaurante para nosotros solos.
? -repitió él, la
risita discreta,
ight". Siempre decías
entrara a la casa, como si fuera parte de una rutina antigua. Había reemplazado las melodías del sist
la foto so
r que yo fuera
ió con aparen
eras de verdad. Era como si bajaras todas tus defe
d y ternura parecía tener sentido para él.
Cada objeto tenía una historia cuidadosamente construida, sencilla, creíble, emocional. Lo había preparado todo durante semanas. Desde antes del accidente, Valeria ya h
los dedos. Lo giró lentamentee rega
rsario. Dijiste que así llev
ía existido. En ese momento, entendió algo con claridad abrumadora: si no podía confiar en sus pr
moré de ti? -pre
No esperaba esa pregunta, pero era una opo
r día, te traté como a cualquier otra persona. No como al CEO imponen
odo ante su autoridad. Cumplía, sí, y obedecía, pero siempre con una chispa de carácter que
ar qué. Las historias eran coherentes. Las imágenes también. Pero había una sensación extraña, una fal
arte algo? -dij
la
y fotos tuyas s
. Esa era una bu
e gustaba decorar con fotos
esión indicaba que aún no estaba c
s amigos
tes. Íbamos a eventos sociales
o social de Marcos. Y él asistía solo o con acompañantes distinta
arse. Valeria se levantó y
e -dijo-. Ya has vi
. Quiero segui
magen retocada donde aparecían en la playa, ella en bikini, él abra
ndió con
sta Rica. Te en
urante largo rato. Finalme
ver ahí. Ver si algo
forzó un
z. Más
podía arruinar todo. Necesitaba controlar el entorno, los recuerdos, incluso sus emociones. Y eso i
guardar todo, Marc
No sé si algún día recordaré... pero por
ia as
para ti, Mar
exhalar lentamente. Cada historia contada, cada imagen manipulada, era una pieza más del rompecabezas q
solo el