os los días la pasaba a buscar al colegio de su hermana y hacíamos diferent

Rehuí del tema por mucho tiempo, porque aún no quería partir, pero también era necesario volver a casa, había extendido mi estadía en la ciuda

e pie frente a mí, no había notado que llegó

solo que tengo algo que co

la cabeza- me preocupó lo que me dijo, es más ahí noté que su semblante estaba más

repondrá esos colores per

ía hecho costumbre y caminam

ó contenta de vernos, ya nos habíamos hecho habitué en el luga

eban y coman pronto, los churr

en su carita de princesa. Adriana nos deja solos y Macarena toma mi mano, mientra

ijarse en nuestras manos unidas-. Ya sabes que mi estadía se ha prolo

cortando, lo que no era así, quería que

eña pues lo que te quiero pro

de impresión la que tiene, sus ojos me ven co

é el pequeño estuche y lo abrí frente a sus ojos- . No es un anill

eña pulsera con un dije de corazón y m

ta todo lo que el mío s

o niña pequeña y luego me besa-, pero no puedo i

do y también me gustaría ver a tus padres, no q

es difícil que me nos podamos contactar con ellos. Lo que tengo que hacer es preocuparme por mi ardillita, nada

iajar conmigo. Sé que somos un poco apresurados, pero en el amor no hay reglas de co

gio nos íbamos directo a mi hotel y volvía a ser la de siempre cuando hacíamos el amor. Puede ser que el hecho de que viaje

l aeropuerto de Barajas. Maca me había dicho que quería pasar su última noche con su hermanita, a lo cual acce

ue había sido nuestro nidito de amor, al llegar a la recepción entregu

arias veces a Macarena, pero ella

sus hermanas, sí, eso debe ser- hablaba conmigo mism

s y entregar mi maleta, me senté en una cafetería a esperar por mi amada

hri

opuerto, ¿Dónde estás? - no la había dejado terminar de habl

... Lo sien

rena?- grito al teléfono, esto no

orias están en páginas distintas y no me puedo ir, no te amo lo su

entiendo, dime d

he decido, eres un chico grandioso, pero sé que n

.. ¡Mac

ella no me había elegido a mí. Debí notarlo en los cambios de los último

de las llamadas me mandaba

ro ¿Dónde? Nunca me dijo su dirección y solo sab

s del vuelo tres dos ocho, favor

o no ese vuelo, pero ella me

-dije mirando a la nada, mi historia con ella est

drid. Un lugar al que no volvería

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