Yo prefiero brillar solo
de bodas, Sofía, mi esposa, de repente me mi
arnos nuevas fotos de
egundo, ella continuó, s
jóvenes, no teníamos dinero para nada, fue una pena, ¿no cre
sa, quizás las cosas podían mejorar, quizás el amor que sentí por ella d
e Sofía y algunos viejos amigos, las nuevas fotos de boda, enmarcadas elegantemente,
o pa
adas se clavaron en la foto principal, me acerqué
ien había pintado con un esmalte rojo
por el cuello hasta las orejas, los invitados susurr
asistente de Sofía, corrió hacia mí, con l
a voz quebrada, "tal vez todos piensa
as manchas de pintura roja fresca en sus dedos mientras ges
pó de mis labios, una ris
o estrellé contra el suelo, el cristal se hizo añicos, espar
en la sala f
un reloj de un millón de pesos que yo sabía que Sofía le había regalado, junto a esa foto, había un carrusel de imágenes, era
on obvios, nosotros som
iones de amigos y conocidos, to
estaba abierto, lo miré, luego volví a la publicación
s, los canallas son re
ó casi de inmed
ás traman
a de un desprecio que ya
¿Es necesario que un hombre de treinta y tantos años se ponga a a
me aplicaría la ley del hielo, me cortaría el dinero para los gastos de la casa, me echaría a
lo que aguanté, solía ser por amor, creía qu
su "noviecito" me provocara de una manera tan pública y c
te, saboreando cada pa
dejando que la i
ustedes dos son
ndos al otro lado de la línea
atreves a hablar d
goteaba
que no ha logrado absolutamente nada en su vida? Si todavía te que
de discutir, no
el te
tearla hasta hacerla desaparecer para complacer a su joven
vestido de novia, sin fiesta, lo único que queríamos eran unas fotos decentes, pero ni siqui
quería co
compensó, pero
struía su imperio, esta mujer, a quien amaba con locura desde que éramos unos adoles
l número de un abogado, tenía que discutir la división de b