Su Traición Me Lástima
Pero también era una pieza más en su tablero de ajedrez, una pieza leal y predecible que ella movía a su antojo. Para el resto
s colegas, en la forma condescendiente en que los socios de Sofía le hablaban.
omo un fantasma. Nadie notó nada diferente. Para ellos, él seguía siendo el m
nte abrió el archivo que había escrito en la madrugada. "Acuerdo de Terminación Laboral". Leyó l
a oficina se a
ica
lso de diseñador sobre el sofá de cuero. Lucía radia
ápidamente la vent
días,
rileando con sus uñas perfectamente c
?", preguntó, con un
tió él, con una calma que lo sorprendió a sí mi
n vistazo. Su atenció
o", dijo ella, sin mirarlo a los ojos. "Se me
respondió él, c
ahora mismo y te asegures de que el proyector funcione. Los inversionista
no una petición
o Ricardo, y
la sala de juntas, escuchó los susurr
efe? Seguro la doña s
os de ella con el bailarín ese. Y
ada. Ya no le importaba el chismorreo. Era
a al teléfono. Su voz era melosa, comple
e no... Anoche fue increíble
y lo
o lis
sto", co
mento, como si notara alg
Ricardo. ¿No d
pondió él. Era la verdad, p
na punzada de culpa. S
e, ¿qué te parece si usamos mis boletos para la gala de la ópera
hecho olvidar cualquier ofensa. Pero el Ricardo de hoy solo vio otr
taba jugar el j
bien,
e haber resuelto el "problema". "Pa
renuncia guardado en su computadora y en cómo, para las siete de la noche, él ya estaría muy le