Lujuria Encubierta - Parte I
u estudio minimalista del barrio de Salamanca, rodeada de planos, maquetas y el zumbido constante de su ordenador, intentaba darle forma a un nuevo con
asis de belleza y funcionalidad. Pero, en el fondo, sentía un eco de monotonía. Las relaciones que había tenido eran tan predecibles co
có de su letargo. Era su asistente, La
to. Acaba de llegar una p
n plano. -¿Una locura buena o mala, Laura? Sabes
oyecto de paisajismo integral para una finca enorme en
de Laura, siempre tan profesional. Trina sint
podrías retirarte y vivir de rentas con lo que
un detalle, L
solo un bufete de abogados que actúa en su nombre. Quieren una reunión pers
n su campo, especialmente con clientes de alto perfil que valoraban su priv
el proyecto? ¿O
os planos adjuntos
una renovación completa de los jardines, pero con un enfoque muy particul
ía, una especie de desafío que su alma de artista anhelaba. La monotonía de su vida pedía a gritos una sacudida. Y si esa sa
Laura. Y confirma l
capar un susp
ección y la hora. Dicen que
isterio se profundizaba. Trina sintió una mezcla de emoción y una
liminares de una finca que parecía sacada de un cuento de hadas: muros antiguos cubiertos de hie
dad. Pero la falta de información sobre el propietario la inquietaba. ¿Q
masiado grande para una sola persona. Hacía tiempo que no compartía su espacio con nadie de verdad, no de la forma en que su cuerpo y su a
ó la puerta trasera para ella. El viaje fue silencioso, el coche se deslizaba por la autopista A-6, dejando atrás el bullicio de Madrid para adentrarse en
ue denso. A lo lejos, entre la arboleda, comenzó a vislumbrar la silueta del palacete. Era más grande y más impresionante de lo que los
ió la puerta. Trina tomó su maletín con los planos y respiró hondo. El aire era fresco, con un ligero aroma a tierra húmeda y
de llaves, la recibió con una sonrisa discreta. -Señorita
rendente modernidad. Grandes salones con techos altos y frescos se alternaban con espacios más contemporáneos, decorados con