El Precio de la Traición: Un Nuevo Comienzo
e la ciudad, el mismo lugar donde mi equipo de seguridad manejaba los "
rpillera que le llegaba hasta el cuello, con el rostro lleno de tierra y mocos. A su lado, en otro saco, estaban los restos destrozados de
s ustedes!" gritaba Sofía entre sollozos, su voz resonando en el s
iberada. El sonido hizo que levantara la vista. Cuando sus ojos se encontraron con
mplemente la observé, dejando que el peso de mi silencio la aplas
cualquier emoción. "Hay cosas que el dinero no puede comprar y que l
abrieron de golpe, y Ricardo entró corriendo, c
ciendo! ¡Suéltala ahora mismo!
ignorándome por completo para consolar a la mujer que
risa seca,
"Hace unas horas, cuando mi agave estaba siendo mutilado y humillado, no te
impotente. "¡Estás loca! ¡Esto es un secuestro! ¡S
te. "Y tú se lo permitiste. Tú se lo entregaste en bandeja de plata. Eres ta
por la presencia de Ricardo
de que Ricardo me prefiera
rase, Ricardo la agarró del brazo,
Por primera vez, vi un destello de miedo en su
ado el saco que contenía los restos de mi dañado "Sol de mi Abuelo" y lo llevaron hacia
o él, su voz ahora te
hacia la salida, lo escuché susurrarle a Sofía, abrazándo
am
l último clavo en el ataúd de lo que alguna vez
y yo inundaron mi mente. Recordé cuando me propuso matrimonio, justo al lado de ese mismo aga
tira ta
. El hombre que amaba no existía. Quizás nunca existió. Solo había un oportunista déb
exactamente cuán grand