El Halcón Herido: Venganza de Amor
lugar de honor sobre la chimenea, donde siempre había estado un retrato de mi padre y mío, ahora colgaba un enorme cuadro de Dolores, Rogelio y
ardo, lo p
io están tomando el contro
por quedarse a su la
mí, con una copa d
da, no para lamentar las pérdidas materiales. El d
que casi podía tocarla. Le
res. La familia es
ofía y Rogelio, riendo, como si fueran los anfitriones de
amor. Es algo pequeño,
enir. Miré a Rogelio. Llevaba puesto el reloj de oro de mi padre. El reloj que Don Emilio me dio en mi graduación,
ió en las venas.
dije, mi voz ba
¿Esto? Me lo regaló Sofía. D
te lo quit
eca. La rabia me cegó. Rogelio, cobarde como siempre, retrocedió y trop
! ¡Ayuda! ¡Se ha v
on sus propias uñas, dejando marcas rojas y profu
ia él, ignorándo
en? ¡Ricardo, cómo p
sus ojos llenos de l
do. Ahora mismo. Píde
monstruo. Él era la víctima. Dolore
ciente daño. Pide disculpa
humillado. Mi propia casa se había convertido