El Favor de La Dama Primera
puerta. Pasos apresurados corrían por el pasillo, voces gritaban órd
o! ¡La señorita Is
llame al hos
so traje de charra que había usado en mi vida anterior. Cada movimiento era calculado. Escuch
ero la señorita Isabella... intentó hacer la man
do imitar mi movimiento más famoso, la "mariposa Valente", una peligrosa pasada cerca de los
io. Varios empleados corrían de un lado a otro. Me vieron
..", balbuceó un
bjetivo no era el hospital donde seguramente llevarí
una mujer que siempre había mostrado un favoritismo descarado por Isab
vemente herida. Sus padres están con ella.
ojos, con una frialdad que
jó encerrada en mi habitación mientras empujaban a mi hermana sin experienci
errado, creyendo que me negaría a participar por algún capricho, y habían enviado a Isabella en mi lugar sin decirm
o el comienzo. Me demostraba que su plan para reempl
intió débilmente. "Sus
la corté. "Y ahora, si me discu
vió a bloquearme el paso, es
del señor Valente. Dijo que uste
rtebral. Mis propios padres, en medio de la crisis
o, María", dije, mi
orita. L
pasillo. La tomé con un movimiento rápido. No la levanté para amenazarla,
ilia? Fue mi abuelo. El apellido Valente tiene peso en este país gracias a él, no a mi padre. Tú t
versión de Sofía. Estaba acostumbrada a la chica
dre, Rodrigo Valente, y mi madre, Elena. Sus rostros estaban pálidos por
? ¡Tu hermana está camino al hospital y tú estás aquí, j
spondí c
nsolente! ¡Todo esto es tu culpa! Si hubieras hecho l
podía saborearla. Me culpaban po
rdo. "Fue mi culpa. Mi culpa por pensar que esta familia valía algo
ió mi padre, levantando
iera alcanzarme, saqué algo de mi bolsillo. Era peccidente, un símbolo de su gratitud y una promesa de ayuda si alguna vez la necesitaba. E
os de mi madre se abrieron como platos. Conocían ese sello. Re
Primera Dama. Estoy segura de que estará muy interesada en saber cómo la famil
plazó la ira e
rías...", sus
es dos no eran nadie antes de casarse con el apellido de mi madre y heredar la fortuna de mi abuelo. Son
caballerizas. Mi padre y mi madre estaban demasiado aturdid
negro como la noche llamado Furia, me esperaba. En mi vida anterio
dad de silla. Furia sintió mi
trás las caras conmocionadas de mi famil
as detrás de mí. Y yo ca