Esposa subastada
tiempo di
mi mamá, habland
pagar por mis transgresiones. Quizás debería sentirme mal por eso, pero no lo hago. No es mi culpa que se cas
sorna y asiente. -E
acticadas: «Prometo darte todo lo que mereces
o que se merece, y de una forma u otra, será esta noche. Cuando
ito
taron disimular su decepción cuando vendieron a mi hermana por menos de lo que esperaban, solo porque empezaron a prostituirla a los doce años. Así que se
ante , exig
cea el sacerdote-.
y que se marchara, pero para mi sorpresa, saca una caja de terciopelo negro de s
e si, dice sonri
mi dedo anular y me guiña un ojo. Luego me da
garganta. «Rey Andres , ya
er.
to obligada a ver a los hombres con Casiddy suficientes veces para saber que no se
a Andres y yo levanto
un bledo. No, claro que no me lo pregunta. Si estás tan
nta mi padre, como si la
esposa a punta de pistola. Así que vue
azo a Andres Pero no lo hace. Para mi asombro, siento que me quitan el arma de la espalda.
y me gira hacia él. Mis ojos grises vuelan hacia los suyos. Son del color del
ate ,
licar. Los labios de Andres
ibir de mi hermana. De hecho, son suaves y lentos. No u
reda mis mechones con sus dedos, y yo sigo su ejemplo, llevando los míos a sus hombros. Si
para eso me había preparado. Después de ver lo que le hizo el marido de mi hermana, ni siquiera me habría
r mi opinión sobre él, me suelta el pelo y me da una nalgada-. Lo demás vend
vuelta y le guiña un ojo conspirativo
puedes follártela hasta que te salg
me sorprende. Solo confirma que algún día q
ntró un moreno pavoneándose. Al llegar a la pareja que yacía en un cha
é ca
primero a Andres y luego a mi papá. Camina dire