Ven, acércate
Leila miró en la dirección que él es
ero sentía que este hombre era
disgusto brilló en sus ojos fríos. ¡Solo pensaba que las muje
"La señorita Bertha viene a verme en persona. Como
x lo recorrier
invítala a salir c
iró a Bertha y descubrió q
también demostró que su autoestima no valía nada a los ojos de
ha como si estuviera mirando un objeto extremadamen
do su encantadora figura desapareció frente a Leila, su corazón se sacudió. D
n buen
Ella llegó a un final pegajoso al igual que Bertha. Todos en la Ciudad D sabían que Bertha era la mujer de Max. Tal como era ahora, tal vez su futuro era t
ujer" dijo
ma de significados. Tan pronto como miraron a Leila, su mirada cambi
mero y se dirigió con una mirada signific
s personas conocían sus antecedentes a fondo. Leila asintió lev
", dij
or fin, el hombre con gafas era un hombre elegante con un es
ataques verbales se encontró con Leila. Siempre se abría desde Orange. Dijo casualmente: "Max,
. Mirando a Leila con atención mientras hablaba con Max, es
l asunto, con los dedos ligeramente temblorosos. Después de
do lo que tie
vo a Leila y dijo con indiferencia: "deja tus pequ
la escalera que Max construyó para ella y dijo
un final perfecto. A partir de ahora, Leila, que se ll
olvieron suaves. Caminando justo detrás de ella, Max la
ndo él la besó de repente. Ella no quería retroceder, ni se atrevió a alejarlo. Ella solo p
os de Max cuando soltó su cuerpo. D
debía hacer. Mirando a la pequeña mujer a su lado, Max bajó ligeramente las pes
con una humedad pegajosa. Leila frunció el ceño ligeramente
a también se subió al auto. Cuando regresó, la velocidad de su automóvil se redujo deliberadamente, por
ón del alma fue suficiente para darle tiempo para calmarse. Leila cerr
acia otro lado. Para ser honesto, Leila era muy hermosa, con rasgos faciales delicados que sobresalían incluso en el círculo de entretenim
él. Todo lo que hacía era pedir su caricia. Max estaba satisfecho con su consideración
e Max. ¡Las mascotas deben tener concienc
ax pisó con fuerza el acelerador. Su habilidad para conducir le permitió estar tranquilo co
erencia y dijo fríamente:
Apretó los dientes con odio
llantes que la miraban inmóviles, con una expresión
a independiente. Max se bajó del auto y se
el estacio
se detuvo en el estacionamiento. Su ira estaba a punto de estallar. Deliberadamente golpeó sus pie
bre bajo el alero ofend
oradas, había más soledad. La mente de Leila estaba un poco lejos
ó con la cabeza y se fue. Leila todavía e
n a
ila se estremeció de repente. Mirando a la figura alta sentada en el
ho lo más íntimo, frente a él, Leila todavía se sentía un poco incómoda. Te
sus delgadas piernas, esperando en si
je. Sabía que ella no podía soportarlo más. Como se esperaba, en meno
dico en la mano, la detuvo y dijo
n su mente, y no pudo evitar sentirse nerviosa. El pánico del comienzo de tener sexo se reveló sin lugar a dudas. Al
Leila estaba tan cansada que se tendía sobre la cama como un gato perezoso. Como resultado, ella
rante. Sintiendo la fuerte luz, Leila murmuró descontenta y quiso darle la e
o se detuvo. Leila frunció los labios y silenciosamente retiró su cuerpo. Cuando estaba a punto de l
con buen autocontrol. Ella se calmó
expectativas de Leila. Su voz ronca y magnética cuando acababa de desper
corazón, pero no se atrevió a mostrar el menor signo de insatisfacción en su rostro. Ella volvió a