Soy La Maestra de Ceremonias de Tu Infierno
pegó como una segunda piel. Los clientes del tablao se volvieron
as se aseguraban de repe
cia'. Cuidado,
a. Necesita
rico comerciante que había intentado sobrepasar
nción de todos. "¡Sé que intentas seduc
lsa de verduras se me cayó, rodando por el suelo su
del pelo, tirando
espetar a tus sup
he elegante se d
o sa
ra tranquila, pero c
afiante, luego reconociendo q
... yo... es
o que la
etrocedió, murmurando disculpas. L
arrodillada en el suelo, con el
como si le diera un
entamente, s
uro desdén. "Ni siquiera puedes caminar por la
a. Esperaba, estúpidament
o, me ofreció
rga escapó d
soy. ¿Y sabe qué, Señor
o. Me limpié la tierra con mi falda y le di u
o a vivir en ella. No necesito su falsa piedad ni su asqueroso
e furia y confusión. No esperaba esa r
e, dejando que me viera caminar de vuelta a mi m