Mi Hermana, Mi Verdugo
illaba cruelmente mientras yo, Isabella, enóloga de
, me pidió que llevara a Leo a la escu
dazos cuando la tutora de Leo me l
después, encontraron a mi pequeño a
n: una mujer idéntica a mí, con m
!" grité, pero
mi suegra Carmen se desmayó maldiciéndome, y l
ron de dolor y, finalmente, también yo morí a
go, abrí
en mi
a y las mismas palabras exactas me preguntó: "Isabella,
l mis
a vu
todo sería